Los guisos o platos de cuchara más famosos de nuestra gastronomía
La diversidad regional de la geografía española, apoyada en sus peculiares características físicas y sumada a la gran tradición popular que tiene nuestro país, son dos ingredientes magníficos de cuya mezcla se obtiene como resultado una de las mejores cocinas del mundo.
La cocina española puede definirse de muchas formas, pero desde luego una es “la de la abuela”. La diversidad regional de la geografía del país, apoyada en sus peculiares características físicas (latitud sur, influencia marítima de mares de características muy dispares, disposición de los sistemas montañosos, etc), sumada a la gran tradición popular que tiene nuestro país, son dos ingredientes magníficos de cuya mezcla se obtiene como resultado una de las mejores cocinas del mundo.
Tiene algo de mágica la gastronomía tradicional. Esa capacidad tan potente de evocar momentos bonitos del pasado es impagable, y muy difícil de encontrar de forma tan extendida y común a tantas personas. Es difícil, independientemente del lugar en el que creciera o las circunstancias que le tocaron vivir, conocer a alguien que no tenga al menos un gran recuerdo en torno a una mesa con un buen guiso como excusa para juntarse alrededor de ella. Ese olor maravilloso saliendo desde la hora del desayuno de la cocina de los abuelos o de tus padres y la larguísima espera hasta que llegaba el momento ansiado de poner en marcha otros sentidos más allá del olfato. Sabes de lo que te hablo, ¿verdad?
Más allá de los buenos momentos que han propiciado, lo más bonito de todas las recetas populares es que son fiel reflejo de la identidad cultural de cada zona de España. Una especie de testamento que va pasando de padres a hijos que es un intento maravilloso de perpetuar la esencia de la tierra donde se elaboró por primera vez. Y esto cobra todavía más sentido ahora que la globalización es un factor imparable. No es que sea negativa, ni mucho menos, esa mezcla cultural multidireccional que ha supuesto su irrupción, la cual nos permite en lo que a gastronomía se refiere poder disfrutar de ingredientes y combinaciones exóticas y lejanas para nuestra cultura, pero sin duda alguna es una bonita manera la de la transmisión de los guisos populares de mantener viva la llama de la identidad regional.
Precisamente esta regionalidad explica que existan en España tantos platos de cuchara, algunos de ellos versionados de distinta forma incluso dentro de cada provincia, de ahí que sea tan complicado hacer una selección de los más famosos. Ojo, no de los mejores, que esa tarea la dejamos para tu paladar… y tus recuerdos, que también son muy importantes a la hora de degustar este tipo de guisos. Que nos perdonen todos los que nos dejamos fuera; hemos tratado de ser lo más objetivos posibles a la hora de elaborar esta lista formada por esas recetas que, siendo un plato regional, han conseguido convertirse en una referencia gastronómica a nivel nacional.
Caldo gallego (Foto: iStock)
Caldo gallego
Menos conocido que la fabada pero igual de rico que esta es la receta del gran guiso gallego tradicional, su caldo. Grelos, berza, repollo, habas, patata, lacón… ni mucho menos es un caldo y nada más.
Cocido montañés (Foto: gtres)
Cocido montañés
Una de las variedades de cocido que más se diferencia del madrileño es el montañés, propio de los valles cántabros de Saja Besaya. No se debe confundir con el lebaniego, el otro cocido famoso de Cantabria. El montañés, que es más famoso, es un guiso de alubias blancas con berza, tocino, costilla, morcilla y chorizo que se sirve todo junto.
Fabada asturiana (Foto: iStock)
Fabada asturiana
El guiso de cuchara regional que ha conquistado más territorio es, probablemente, la fabada asturiana, cuyas virtudes son conocidas hasta en el último rincón del país. La clave del plato es la faba, que marca mucho el nivel de la receta, pero también el compango que la acompaña. Un fijo de los platos de cuchara.
Lentejas castellanas (Foto: Gtres)
Lentejas castellanas
Este guiso está muy extendido en el interior de la Península, de ahí que exista debate entre qué versión es más popular, si la de origen castellano o la riojana. En cualquier caso, son similares, ya que en ambas son protagonistas ingredientes similares: además de la legumbre, la carne de cerdo, la patata y verduras como la cebolla y la zanahoria son los más habituales en este guiso al que se le da el toque especial en cada hogar.
Marmitako (Foto: Gtres)
Marmitako
Este guiso tradicional de pescadores tiene su origen en el norte, aunque hoy en día se cocinan de esta forma, con patatas, verduras y un buen fondo, numerosos pescados. El original, eso sí, es el de bonito, uno de los estandartes de la cocina tradicional vasca.
Potaje de vigilia (Foto: iStock)
Potaje de vigilia
Aunque su origen es castellano fundamentalmente, es el guiso tradicional que no se asocia tanto a una región como a una fiesta, de carácter religioso en este caso, ya que es un plato típico de los viernes de Cuaresma. Bacalao en salazón, garbanzos, espinacas y huevo duro son los ingredientes fundamentales de esta maravilla culinaria.
Sopa de ajo (Foto: iStock)
Sopa de ajo
Un plato muy extendido en la gastronomía castellano leonesa es este guiso humilde y tradicional que es una forma maravillosa de aprovechar el pan duro para conseguir una receta rica con la que entrar en calor. Es un guiso muy sencillo con una dosis de sabor altísima y muy calórico, por qué no reconocerlo. Pero cumple a la perfección su propuesta porque está rico y te mete en calor.
Cocido madrileño (Foto: iStock)
Cocido madrileño
Junto a la fabada, es el guiso más mediático de la cocina clásica española. Hay diversas variedades del cocido a nivel regional, que varían tanto en sus ingredientes como en la forma de servirlo. El cocido madrileño, en concreto, se sirve en tres partes -aunque hay gente que prefiere unirlas-: sopa con fideos, garbanzos con repollo y patata y finalmente el arreglo a base de carnes de cerdo, vaca y gallina, o en su defecto pollo.