Las plantas nos alegran el hogar y crean un ambiente fresco y acogedor, lleno de vida y color. Tener plantas en casa no solo embellece los espacios, sino que también nos ayuda a conectar con la naturaleza, reduciendo el estrés y mejorando nuestro bienestar. Ya sea en el salón, la cocina o en la terraza, cada planta aporta su toque especial, purificando el aire y dándonos la satisfacción de ver cómo crece y se desarrolla. En este sentido, ya os hemos dejado por ejemplo una guía sobre la ave del paraíso con los cuidados, características y cómo cultivar en casa esta planta exótica y colorida.
Y ahora, en este artículo, vamos a explorar cómo cultivar plantas carnívoras en casa, una de las especies más fascinantes y únicas del mundo vegetal. Estas plantas no solo destacan por su apariencia exótica, sino también por su capacidad de capturar insectos para obtener nutrientes, lo que las convierte en una opción de cultivo tan intrigante como decorativa. A continuación te contamos todo lo necesario para cuidar estas plantas en casa y disfrutar de su particular belleza y mecanismo de caza.
Entender la fascinante biología de las plantas carnívoras según un experto como Darwin

Para entender la fascinante biología de las plantas carnívoras, un ejemplar que puede ser de ayuda es el libro Darwin y la botánica: un viaje por la diversidad vegetal del autor James T. Costa. Este biólogo evolutivo que ha dedicado su carrera a la investigación y la enseñanza, explorando temas como la evolución, la ecología y la biogeografía, ha escrito además varios libros que exploran la teoría de la evolución y la vida de Charles Darwin. Este experto es conocido principalmente por su trabajo sobre la evolución de los animales, pero gran parte de su contribución a las ciencias naturales se centra en las plantas.
En este nuevo libro que os adjuntamos más abajo, James T. Costa explica cómo Darwin desarrolló conceptos clave que han sido esenciales para el actual avance científico en la anatomía y funciones de las plantas. "En este volumen, presentamos cuarenta y cinco plantas estudiadas por Darwin, que representan la amplia gama de su extensa investigación botánica, con suficiente detalle en los extractos para dar una apreciación de su método de trabajo y la notable pro- fundidad de sus investigaciones", señala el autor.
Uno de los principales grupos de investigación de este experto fueron las plantas carnívoras, las protagonistas de este artículo. También llamadas plantas insectívoras, fueron muy investigadas por Darwin y culminaron en su ejemplar Plantas insectívoras (1875). La motivación no era tanto la fisiología novedosa de las plantas, por interesante que fuera, sino más bien si tenían algún tipo de sistema nerviosa. "Llevó a cabo estudios exhaustivos de su 'comportamiento' con la ayuda de observadores extranjeros, quienes le ayudaron a realizar experimentos sobre las preferencias animales de estas plantas tan animales", asegura T. Costa.
En el libro Darwin y la botánica: un viaje por la diversidad vegetal se explora el interés de este experto por algunas de estas plantas carnívoras. Por ejemplo, por la Drosera rotundifolia o rocío de sol, común en zonas pantanosas soleadas de todo el hemisferio norte, es una de las casi 200 especies del género en todo el mundo. Todas ellas especies tienen pelos glandulares que brillan como el rocío al sol y les permiten digerir y capturar insectos. La Dionaea muscipula o venus atrapamoscas, pariente de la anterior, llamó la atención de los naturalistas por sus notables hojas de trampa. O también la Pinguicula, con hojas en forma de roseta que brillan con glándulas exuberantes que atraen a los insectos como el papel matamoscas.

Cómo cultivar una planta carnívora en casa

Cultivar una planta carnívora en casa es fascinante, como bien señaló Darwin, y requiere un cuidado específico, ya que estas plantas se desarrollan en condiciones muy diferentes a las de las plantas de interior convencionales. Aquí tienes una guía detallada para que puedas cuidarla correctamente:
1. Luz y ubicación
- Las plantas carnívoras necesitan mucha luz para realizar la fotosíntesis y desarrollar sus mecanismos de caza. La venus atrapamoscas y otras variedades, como las Droseras y Sarracenias, prosperan con al menos 4-6 horas de luz directa al día.
- Coloca la planta en una ventana soleada, idealmente orientada al sur o al este. Si no dispones de luz natural suficiente, puedes recurrir a lámparas de luz artificial (luz de espectro completo o luz LED para plantas) para garantizar un desarrollo adecuado.
2. Agua y riego
- A diferencia de otras plantas, las carnívoras necesitan agua pura, sin minerales ni sales, ya que son sensibles a los nutrientes presentes en el agua del grifo. El agua destilada, desmineralizada o de lluvia es la mejor opción.
- Mantén el sustrato húmedo en todo momento. Las plantas carnívoras suelen crecer en suelos pantanosos, por lo que es útil colocar la maceta en una bandeja con agua para que absorban humedad desde abajo. Recuerda cambiar el agua cada pocos días y evitar el estancamiento excesivo, ya que algunas especies son susceptibles a la podredumbre.
3. Sustrato
- Las plantas carnívoras prosperan en suelos pobres en nutrientes, como en su hábitat natural. Usa una mezcla de turba rubia y perlita en proporción 2:1. La turba rubia retiene la humedad sin añadir nutrientes, mientras que la perlita aporta drenaje.
- Nunca uses tierra para macetas normal, compost o fertilizantes; estas plantas no están adaptadas para absorber nutrientes por sus raíces y pueden dañarse gravemente si el sustrato contiene sales o minerales.
4. Humedad ambiental
- La mayoría de las plantas carnívoras son nativas de climas húmedos. Lo ideal es mantener la humedad relativa entre 50% y 70%. Esto es importante para especies tropicales como la Drosera capensis y la Nepenthes, que pueden marchitarse si el ambiente es demasiado seco.
- Si el ambiente es seco, coloca la planta sobre una bandeja con agua o cerca de un humidificador. Algunos cultivadores optan por terrarios o campanas de vidrio, especialmente en invierno, para mantener la humedad alta y constante.
5. Temperatura
- La mayoría de las plantas carnívoras prefieren temperaturas moderadas, entre 20°C y 30°C en verano, y no soportan temperaturas extremadamente bajas en invierno. Aunque algunas especies, como las Sarracenias y Venus atrapamoscas, pueden tolerar el frío, necesitan un periodo de hibernación en el invierno, cuando su crecimiento se ralentiza.
- Durante el invierno, es recomendable colocarlas en un lugar fresco, pero protegidas de las heladas, o en un espacio que mantenga temperaturas por encima de los 5°C.
6. Alimentación
- Las plantas carnívoras obtienen los nutrientes necesarios cazando insectos, por lo que no requieren fertilizantes. En condiciones normales, pueden capturar sus propios insectos, como moscas, mosquitos o pequeñas arañas, pero si la tienes en un ambiente libre de insectos, puedes alimentar a la planta una vez al mes con pequeños insectos.
- No manipules las trampas sin necesidad, ya que al cerrarse consumen energía y pueden debilitarse si se activan constantemente sin capturar presas. Si optas por alimentar la planta manualmente, usa insectos pequeños y evita sobrefertilizarla.
7. Hibernación o reposo invernal
- Algunas plantas carnívoras, como la Venus atrapamoscas y las Sarracenias, necesitan un periodo de hibernación invernal para mantenerse saludables a largo plazo. Durante este tiempo, reduce el riego y mantén la planta en un lugar más fresco.
- En primavera, la planta retomará su crecimiento con mayor vigor. Las especies tropicales, en cambio, no requieren de esta pausa y pueden mantenerse en condiciones normales todo el año.
8. Poda y limpieza
- Retira las trampas o partes marchitas para prevenir infecciones por hongos y mantener la planta sana. Usa tijeras desinfectadas y corta las hojas secas o muertas desde la base.
- La limpieza también evita la acumulación de residuos en la planta, lo cual puede ser especialmente importante en un ambiente interior.