El ácido hialurónico es conocido como el secreto de la fuente de la juventud. Usado ampliamente en la industria de la belleza, es una molécula de origen natural que se encuentra en nuestro cuerpo, brindando hidratación y conservando la elasticidad de la piel.
En el organismo, su función principal es atraer y retener agua, lo cual proporciona a la piel esa sensación de plenitud y juventud que tanto anhelamos.
Además, permite que las células de nuestra piel se regeneren de manera más efectiva, demostrando ser un aliado eficaz en la lucha contra el envejecimiento prematuro y la piel seca.
Sin embargo, según explica la Dra. Lidia Pérez, dermatóloga especialista en médico-quirúrgica, con la edad la cantidad de ácido hialurónico en nuestro cuerpo disminuye, lo que provoca sequedad, pérdida de volumen y la aparición de arrugas.
Es aquí cuando surge la necesidad de considerar aplicaciones externas de este componente. Un tratamiento que ha revolucionado la medicina estética en los últimos años.

Desde cremas, serums, inyectables o incluso pastillas, el ácido hialurónico se ha establecido como uno de los componentes esenciales en los cuidados de la piel.
Según detalla Cantabria Labs, una de las industrias farmacéuticas más importantes del país, es una sustancia altamente utilizada en productos de belleza por su capacidad para mejorar la textura y apariencia de la piel. Pero, ¿por qué es esto?
Tal y como exponen los expertos, cuando este componente se aplica tópicamente o se inyecta, este ácido puede ayudar a reponer la humedad que la piel suele perder a menudo, lo que a su vez puede ayudar a suavizar y alisar el tejido.
Sin embargo, el papel del ácido hialurónico para la piel no se detiene simplemente en la hidratación. Este potente ingrediente también tiene propiedades regenerativas que pueden ayudar a la piel a repararse y renovarse por sí misma.
Con la creciente popularidad de este componente, se han desarrollado diversas formas de aplicación, entre las que destacan las inyecciones de relleno.

Según la clínica de cirugía estética Larrarte, este tratamiento es una de las técnicas de rejuvenecimiento facial más demandadas actualmente al no precisar de cirugía. Además, no sólo sirve para borrar los signos del envejecimiento, sino también las cicatrices quirúrgicas, las quemaduras y los rastros de acné agresivo.
Sin embargo, el uso del ácido hialurónico va más allá del concepto estético. Los beneficios de este ácido también alcanzan a otras partes del cuerpo.
Y es que este compuesto actúa como un excelente lubricante, mejorando la movilidad y disminuyendo el dolor en las articulaciones.
Según explica Manuel Moreno, fisioterapeuta de Vital&Clinic, este es un punto especialmente importante para aquellas personas que pueden sufrir de enfermedades articulares como la artrosis, que no han respondido correctamente a tratamientos farmacológicos u otras intervenciones convencionales.

Además, según aclaran los expertos, el ácido hialurónico también cumple otras funciones en nuestro organismo, contribuyendo a la salud general en aspectos como la visión, con su aplicación en lágrimas artificiales o la cicatrización de heridas.
Sin embargo, aunque hemos visto que el ácido hialurónico ofrece numerosos beneficios, es crucial entender que no todos los productos son iguales. La cualidad y eficacia del tratamiento dependen en gran parte de la concentración del ácido y la forma en que se aplica.
Es por ello que se recomienda asistir a un experto en medicina estética previamente a la realización de cualquier tratamiento. Así, el especialista podrá valorar la piel, encontrando la mejor solución o tratamiento para cada caso concreto.