La pérdida de cabello no se limita al otoño. Aunque tradicionalmente asociamos la caída del pelo al cambio de estación, este fenómeno en realidad ocurre durante todo el año.
Sin embargo, aunque su pérdida pueda ser preocupante tanto a nivel estético como emocional, no es motivo de alarma.
Esto suele ocurrir por diversas causas, entre las que encontramos el estrés, desequilibrios hormonales como la menopausia o el período postparto, así como problemas dietéticos o dificultades en la absorción de nutrientes.
Esta caída suele resolverse por sí sola a medida que el cuerpo se adapta a las nuevas condiciones. Sin embargo, para aquellas mujeres que experimentan una pérdida de cabello persistente o severa, puede ser necesario buscar la ayuda de un dermatólogo u otro profesional de la salud.

Estos especialistas pueden realizar un diagnóstico adecuado y recomendar tratamientos específicos, como suplementos vitamínicos, tratamientos tópicos o cambios en la dieta, para abordar así el problema de manera efectiva.
Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes es esencial para mantener la salud capilar. La falta de vitaminas, especialmente de aquellas que son esenciales para la salud del cabello, puede contribuir significativamente a la caída del mismo.
Por ejemplo, la deficiencia de hierro o vitamina B12 pueden debilitar el pelo y hacer que sea más propenso a caerse. Estas sustancias son fundamentales para mantener un cuero cabelludo saludable y estimular de forma correcta su crecimiento.
Aunque a veces, la causa de la caída es evidente, como un cambio drástico en la dieta o situaciones de estrés significativas, en muchas ocasiones no lo es tanto.
Es por ello, que muchos laboratorios han desarrollado suplementos alimenticios que abordan múltiples causas de la caída del cabello, ofreciendo productos que contienen tanto vitaminas, aminoácidos y minerales, como extractos de plantas con propiedades hormonales o adaptogénicas.
Sin embargo, como en todo, hay que saber cuáles hay que tomar para solucionar de forma correcta este problema. Y es que según detalla en su blog Ines Ibáñez, farmacéutica y nutricionista española, existen unos nutrientes clave que pueden mejorar la salud de tu cabello, promoviendo volumen, brillo y reduciendo su caída.
Las vitaminas del complejo B, como la tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), vitamina B6, biotina (B7), ácido fólico (B9) y cobalamina (B12), son esenciales. Se encuentran en una variedad de alimentos y son necesarias para mantener un cabello sano.
Por otro lado, la vitamina D, obtenida principalmente a través de la exposición solar, es crucial para la salud del pelo y su deficiencia puede relacionarse con ciertos tipos de caída, como la alopecia areata.
Finalmente, la vitamina E es vital para prevenir el envejecimiento prematuro del cabello. Este antioxidante se encuentra en aceites vegetales, frutos secos y hortalizas de hojas verdes
Por tanto, si crees que puedes tener deficiencias nutricionales, los suplementos de este tipo de vitaminas pueden ser útiles. No obstante, es aconsejable que acudas a un especialista antes de comenzar el tratamiento, ya que se recomienda su uso bajo las indicaciones y el tiempo especificado por un profesional.