¿Te identificas con esta afirmación, alarmada por los peligros que conlleva el volante?
Más que los inconvenientes, ten en cuenta las ventajas que puede tener para él y toda la familia que tu hijo adolescente tenga el carné. Apoya su decisión y supervisa la elección de una buena autoescuela.
El miedo es una respuesta biológica
Está deseando cumplir 18 años para sacarse el permiso de conducir. Tiene tantas ganas de coger el volante que cuenta los meses que le quedan para ser mayor de edad: “Mamá, vete preparando, porque al día siguiente de soplar las velas me apunto a la autoescuela”.
Tratando de evitar una respuesta directa, tuerces el gesto o cambias de tema porque tienes miedo. Como un cartel luminoso, en tu cabeza no cesa de aparecer la frase: ¡Peligro, conductor primerizo! “Es totalmente lógico y razonable que los padres tengan miedo, es una respuesta biológica que nos permite sobrevivir y evitar tener accidentes. Pero lo importante de esto es que este miedo no se vuelva paralizante y perjudicial para la familia y para los jóvenes”, dice Tomás Santa Cecilia, psicólogo y director de Seguridad Vial del RACE (Real Automóvil Club de España).
¿Qué puedes hacer?
La recomendación principal que da Santa Cecilia es tranquilidad: “La conducción de vehículos, si se realiza con seguridad y cumpliendo las normas de circulación, no tiene que representar un peligro”. El carné de conducir permite a las personas desplazarse con autonomía y sobre todo libertad. Por todo ello, les dice a los padres que pierdan el miedo: “Tener el carné da una gran ventaja: poder disponer de otro conductor en caso de necesidad”. Además, “tarde o temprano, si el joven quiere acceder a sacarse el carné de conducir, lo hará”, asegura el director de Seguridad Vial del RACE. Así que lo mejor es “facilitar la adquisición del carné de forma segura y tutorizada, indicando por parte de los padres los riesgos o peligros que tienen que evitar, como son el alcohol, las drogas, las distracciones o los excesos de velocidad”.
Ir a una buena autoescuela
A la hora de elegir una autoescuela, hay que fijarse en el método que impartan. “Para facilitar la asistencia del alumno a clase conviene que esté cerca de casa, del lugar de estudio o de la universidad, para que pueda ir con otros compañeros”, dice Tomás Santa Cecilia. El psicólogo considera que en la elección del centro no debería primar el precio, sino la calidad. “Y ésta se valora en función de las instalaciones de que dispongan para sus alumnos, de lo modernos que sean los vehículos, los porcentajes de aprobados o el material de enseñanza que se entregue”. En cualquier caso, para que la formación sea segura es importante “que el joven cuente con el apoyo familiar”, puntualiza.
Formación contínua
Una vez obtenido el carné de conducir, es muy importante que los jóvenes sigan formándose en seguridad vial, “ya que las normativas cambian, los sistemas de seguridad de los coches avanzan y hay materias que en las autoescuelas no se desarrollan en profundidad, como es la conducción en condiciones climatológicas adversas como lluvia, hielo o nieve”, recuerda Santa Cecilia. “El RACE, por ejemplo, ofrece cursos de mejora de la conducción para todas aquellas personas que teniendo ya el carné quieren ampliar sus conocimientos y habilidades al volante. El objetivo fundamental es conocer las principales fuentes de riesgo para evitar los accidentes”.
¿Puedo enseñarle en mi coche?
Se llama ‘conducción acompañada’, pero solo es legal si los aspirantes al carné solicitan este tipo de aprendizaje en la Jefatura Provincial de Tráfico y el conductor acompañante –por supuesto, con permiso de conducir– es pariente, amigo o vecino próximo. Además, el vehículo deberá estar adaptado con doble mando de freno y embrague y disponer de una placa V14 visible y una L de color blanco que indique que el conductor está realizando la conducción acompañada. Para Tomás Santa Cecilia, del RACE, “dados los requisitos, es mejor optar por la enseñanza en autoescuela, más económica y práctica”.