Destaca en matemáticas, geografía y literatura y, además, toca el piano y el violín.
Niños con alta capacidad
Ésta podría ser la descripción de un niño superdotado o con alta capacidad, como se les denomina ahora; aunque lo más habitual es que pase desapercibido a no ser que presente un problema en clase, precisamente porque el ritmo de aprendizaje que le imprimen es demasiado lento para sus posibilidades.
“Los niños con alta capacidad suelen ser precoces, tienen un desarrollo intelectual más rápido que sus compañeros, y por lo tanto necesitan ir a un ritmo distinto.
Si no es así, se aburren en clase y presentan desmotivación o falta de interés por las tareas escolares; incluso rehúsan ir al colegio porque, dicen, lo que explican ya se lo saben”, declara Javier Tourón, catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR.
Afán por aprender
Hay una serie de características que permiten sospechar que un menor posee alta capacidad. Javier Tourón señala algunas:
- Tener un afán desmedido de aprender respecto a otros niños.
- Una enorme persistencia en la tarea.
- Gran disposición para establecer relaciones entre conocimientos diferentes.
- Utilizar un lenguaje más de adulto.
- Aprender a leer con muy pocas indicaciones o solo, a una edad muy temprana.
Todos ellos son signos que refuerzan la idea de que un menor es superdotado, dice Tourón, “pero no por tenerlos se puede determinar necesariamente una alta capacidad. Es decir, esos mismos indicios pueden coincidir en otras circunstancias aunque las observaciones de los padres suelen ser acertadas”, puntualiza; y añade: “A ellos hay que decirles que no perciban la alta capacidad como un problema sino como un regalo”.
Para asegurarse, hay que hacer pruebas. En la web del CTY (Center for Talent Youth) hay cuestionarios que ayudan al diagnóstico.
“La lástima es que el 98 % de los niños con alta capacidad no está identificado, y eso quiere decir que no está recibiendo una educación adaptada a sus necesidades. Es un drama, porque todo ese talento se pierde o no se desarrolla de forma óptima”, advierte Tourón.