Cómo olvidar a alguien que ya no forma parte de tu vida: estas son las estrategias que recomienda una psicóloga

Olvidar a alguien importante puede ser difícil y doloroso, pero con el tiempo y las estrategias adecuadas supervisadas por psicólogos, es posible superar el proceso de manera saludable.
iStock. Irene Miller
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Olvidar a alguien que ha sido importante en tu vida puede parecer una tarea abrumadora y dolorosa. Es normal sentir una mezcla de emociones intensas, desde tristeza hasta frustración. Sin embargo, con el tiempo y las estrategias adecuadas, es posible superar este proceso y seguir adelante. 

Al igual que os trajimos las fases del enamoramiento en una pareja según los psicólogos, ahora este artículo exploraremos las técnicas emocionales, psicológicas y prácticas que te ayudarán a olvidar a alguien de manera efectiva y saludable de mano de la psicóloga Pilar Guerra, quien cuenta con más de 30 años de trayectoria.

El desafío de olvidar a alguien

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"Las rupturas son difíciles siempre, independientemente de las causas o de la duración de la relación. Después de una ruptura puede ser común e, incluso, esperado que afloren emociones fuertes, muchas de las cuales llevan a sentimientos de tristeza, frustración y soledad", comienza diciendo Pilar Guerra.

Ahora bien, esta experta señala que hay que dejar claro que realmente no se puede olvidar al alguien, porque el vínculo permanece para siempre. "Lo que se puede trabajar para olvidar es la relación, no el vínculo. Los vínculos son dificilísimos de romper. Podemos gestionar el dolor de las rupturas, pero jamás podremos controlar el que no nos duela", asegura.

Entender por qué es tan difícil olvidar a alguien

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Esta psicóloga nos da a continuación las claves para entender por qué es tan difícil olvidar a alguien, profundizando en cada una de ellas:

Olvidar a alguien tiene una obligatoriedad mal entendida 

Es una creencia impuesta socialmente, heredada de generación en generación y muy difícil de llevar a cabo en las relaciones de otro tipo que no sean solo las relaciones de pareja, como son las laborales, las familiares y las de amistad. Pareciera como si los conflictos no fueran un detonante para la ruptura. Esto significa que soportamos las desavenencias o sostenemos las relaciones disfuncionales con un jefe, un hermano o un amigo más tiempo de lo que lo hacemos con las relaciones sentimentales. Está más que permitido en nuestra sociedad aconsejar un divorcio cuando la relación no fluye, que aconsejar una ruptura con tu propia madre. 

Pareciera como si el vínculo consanguíneo fuera algo moralmente irrompible y, sin embargo, en la actualidad hay un permiso para consumir divorcios. El mero hecho de esta creencia limitante hace que en muchas ocasiones las parejas rompan de manera traumática e incluso lo peor sería que se mantuviese ese sufrimiento tras mucho tiempo después con verdadero dolor que ni por asomo permita ese olvido tan obligado. 

Habría que hacer entonces un ejercicio de visión para vernos en el futuro con nuestra pareja rota y realmente darnos cuenta de si estamos emocionalmente preparados para poder romperla. Si nos obligamos a olvidar al otro parece que es seguir a rajatabla el dicho de que un clavo saca a otro clavo y esto no es así. La frustración por no poder hacerlo es altísima también ya que nos obligamos a olvidar a esa persona y los vínculos son dificilísimos de romper. Podemos gestionar el dolor de las rupturas, pero jamás podremos controlar el que no nos duela.

Permitirnos sufrir es el antídoto para no sufrir tanto

La sociedad también nos obliga a un paradigma inalcanzable que es el de parecer fuerte, ocultando nuestras emociones negativas símbolo de debilidad. A mi juicio, poder verbalizar y expresar que nos es difícil estar alegres cuando rompemos una relación es el mejor ejemplo que tenemos para demostrar la gran fortaleza de la que somos capaces de tener. 

La dificultad en dejarnos tiempo para permitirnos los procesos tan dolorosos tras las rupturas tan dolorosas es otro de los motivos por los que nos cuesta tanto desprendernos de vínculos que se han roto. La mítica frase de “lo que se resiste persiste” es un claro ejemplo de que todo aquello que nos resistimos a admitir es justo lo que se resiste al olvido y permanece en el tiempo. Si interpretásemos, por el contrario, como natural que todo proceso necesita una elaboración, dejaríamos las prisas a un lado y aprenderíamos a afrontar la madurez que hace falta para aceptar cualquiera de los sucesos que nos acontecen en nuestra vida.

La nefasta interpretación que hacemos al diferenciar las emociones malas de las buenas 

Es otro de los motivos por los que nos cuesta tanto las rupturas. Estar triste lo solemos interpretar como algo a evitar, por ello nos obligamos a pasar esa página imposible cuando en realidad pasar por un estado deprimido tras una ruptura tan solo es el polo negativo de un continuo que es la vida donde la alegría por el contrario ocupa el lugar de polo positivo, pero no por ello esta alegría es más lícita que la tristeza.

Las rupturas nos cuestan más tiempo y más sufrimiento 

Nuestra personalidad está contaminada por una adicción que nos lleva a la dependencia emocional, encargada de vincularnos en extremo con las personas, en general, y con las parejas, en particular. Las personas dependientes emocionales generan una resistencia extrema ante las rupturas por la necesidad imperiosa de sentirse amados o aceptados, con el fin de reforzar su autoestima. Si alguien les deja, la sensación de abandono es tan intensa que no les permite elaborar el duelo como un proceso natural y convierten el dolor lógico de una ruptura en un sufrimiento muy elevado, llegando incluso a hacer enfermedades psicológicas y en ocasiones psiquiátricas.

Un vínculo traumático

La dificultad en poder elaborar una ruptura y no sentirse contaminado por ésta en el resto de las áreas importantes de la vida de una persona viene dado por haber hecho un vínculo traumático con la pareja. El vínculo traumático viene como consecuencia de haber permanecido en una relación de abuso emocional o maltrato psicológico. Estas relaciones disfuncionales impiden hacer un duelo normalizado y las personas permanecen durante años en estos duelos patológicos que acaban llegando a ser diagnosticados incluso con trastorno de estrés postraumático.

Primeros pasos para superar a alguien

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Pilar Guerra afirma que los primeros pasos para superar a alguien son los siguientes, explicándolos a detalle:

Aceptar y permitir el duelo

Al perder a alguien importante en nuestra vida es posible que nos sintamos desconectados y alejados de los demás. Mientras se supera el dolor y llega la sanación de la separación, se pueden experimentar periodos de soledad, dando espacio a las emociones. Permitirnos sentir la tristeza, la frustración y la soledad es parte fundamental del proceso de curación. Ignorar estas emociones puede prolongar el sufrimiento. Es recomendable, además, explorar maneras saludables de canalizar esas emociones.

Trabajar la rabia y dolor 

Es normal sentir esto hacía nuestra ex pareja o hacia la ruptura de la relación, y hay que trabajar en erradicarlo. De lo contrario, podemos seguir sufriendo en extremo al enterarnos de que la otra persona avanza en su vida con otras parejas, e incluso es posible también que, al no superar el duelo con esa persona, lo canalicemos con conductas negativas que nos incapaciten para avanzar.

Tener una red de apoyo

Rodearnos de amigos y familiares comprensivos puede proporcionar consuelo y perspectiva. Compartir nuestros sentimientos con seres queridos puede aliviar el peso emocional durante este proceso. La conexión social es fundamental para contrarrestar el aislamiento.

Cambiar la rutina

La ruptura puede desencadenar un cambio significativo en las rutinas diarias. Aprovechemos esto como una oportunidad para incorporar nuevas actividades que nos brinden alegría y propósito. La introducción de pasatiempos, ejercicios o prácticas de autocuidado puede marcar una diferencia positiva en nuestro bienestar emocional.

Reflexionar sobre lo aprendido

Cada relación y ruptura lleva consigo lecciones valiosas. Reflexionar sobre lo que hemos aprendido acerca de nosotros mismos y nuestras necesidades en una relación, puede ser el cimiento para relaciones futuras más saludables y satisfactorias.

"En definitiva, se trata de un proceso gradual que involucra autoexploración y cuidado propio. Abrazar la soledad como una oportunidad para el autodescubrimiento puede allanar el camino hacia una vida más plena y enriquecedora", resume la psicóloga.

Estrategias emocionales para olvidar a alguien

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En el plano emocional, estas son las estrategias que aconseja seguir la experta para olvidar a alguien:

  • Es importante validar las emociones, es decir, reconocer y aceptar nuestros sentimientos sin juzgarnos.
  • También practicar la gratitud nos ayudará a enfocarnos en las cosas positivas de nuestra vida y a agradecer lo que tenemos.
  • Una buena estrategia es expresar nuestras emociones a través de la escritura, en un diario, hablando con alguien de confianza o explorando actividades artísticas como la pintura o la música. Todo ello puede ser muy liberador.
  • También podemos practicar la meditación o la atención plena, que nos ayudan a centrarnos en el presente y a reducir la rumiación sobre el pasado.
  • Por último, aunque parezca difícil, perdonar no significa olvidar, sino liberarnos de la carga emocional que llevamos dentro.

Estrategias psicológicas para olvidar a alguien

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"Desde un enfoque psicológico, es muy útil que trabajemos en reestructurar nuestros pensamientos. A menudo, cuando nos sorprendemos pensando en esa persona, es fácil dejarnos llevar por la nostalgia o el dolor que sentimos. En esos momentos, podemos hacer un esfuerzo consciente por redirigir nuestra atención hacia aspectos positivos de nuestra vida actual o hacia las metas que tenemos para el futuro", afirma Pilar Guerra.

En este caso, la experta recomienda lo siguiente: 

  • Practicar la identificación de esos pensamientos intrusivos y, en lugar de quedarnos atrapados en ellos, enfocarnos en lo que nos motiva y en lo que realmente nos hace felices.
  • La terapia cognitivo-conductual es una herramienta poderosa en este sentido, ya que nos permite reconocer y modificar esos patrones de pensamiento que nos mantienen anclados al pasado. Al trabajar en este proceso, podemos aprender a desafiar esas creencias negativas y construir una narrativa más saludable sobre nosotros mismos y nuestras experiencias. Con el tiempo, esto nos ayudará a liberarnos de lo que ya no nos sirve y a avanzar con más ligereza hacia nuevas etapas de nuestras vidas.

Estrategias prácticas para olvidar a alguien

iStock - Xavier Lorenzo
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En el plano práctico, es importante que establezcamos una nueva rutina que nos mantenga ocupados y enfocados, y esto es lo que aconseja para ello la psicóloga:

  • Encontrar formas de llenar nuestro tiempo se vuelve esencial. Involucrémonos en actividades que realmente nos apasionen, cualquier cosa que despierte nuestro interés. Dedicarnos a lo que amamos puede brindarnos una gran satisfacción y un sentido renovado de propósito.
  • Considerar la posibilidad de iniciar nuevos proyectos. Estos no solo nos mantendrán ocupados, sino que también nos permitirán explorar nuevas facetas de nosotros mismos y descubrir talentos o intereses que quizás no conocíamos.
  • Tener un círculo social que nos entienda y nos aliente a avanzar puede ser un gran impulso emocional. Podemos planificar salidas o actividades sociales con amigos y familiares, ya que estas interacciones pueden hacer maravillas para nuestro estado de ánimo. Desde un simple café hasta una excursión, cada momento compartido es una oportunidad para reír, conectar y recordar que hay vida más allá de la relación que hemos dejado atrás.

"Al final del día, al crear y mantener una rutina activa y enriquecedora, no solo nos distraemos del dolor, sino que también comenzamos a construir una nueva versión de nosotros mismos, llena de posibilidades y nuevas experiencias", concluye la experta.

Cómo evitar las recaídas emocionales

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Es normal tener recaídas durante el proceso de duelo. Lo importante es aprender a identificar los signos de alerta y tomar medidas para evitar que la situación empeore. Pilar Guerra señala que "para evitar recaídas emocionales, lo mejor es anticipar situaciones que puedan desencadenar recuerdos o sentimientos, por ejemplo, evitando los lugares y las situaciones que nos recuerden a esa persona. Y tener un plan para esos momentos, ya sea hablar con un amigo, salir a caminar o hacer alguna actividad que disfrutemos".

Identificar y manejar los desencadenantes de una recaída

"Para identificar y manejar los desencadenantes de una recaída es crucial tener claro qué situaciones, lugares, personas u objetos nos provocan más dolor. Un diario de emociones puede ser una herramienta valiosa para reconocer patrones y desencadenantes", añade la experta, además de darnos estos tips para identificar y manejar los desencadenantes de una recaída:

1. Cuando nos enfrentemos a una situación que nos recuerde a esa persona, practiquemos técnicas de relajación como la respiración profunda o el mindfulness. Éstas nos ayudarán a centrarnos en el presente y a calmar nuestra mente. Además, las afirmaciones positivas pueden ser un gran apoyo, ya que nos recordarán nuestra fortaleza y nuestra capacidad de superar esta situación.

2. Evitemos aislarnos y busquemos el apoyo de nuestros seres queridos. Compartamos nuestros sentimientos con alguien de confianza. También podemos explorar nuevas actividades y hobbies que nos permitan distraernos y conocer gente nueva.

3. Es importante que nos cuidemos a nosotros mismos. Durmamos lo suficiente, alimentemos nuestro cuerpo con alimentos saludables y realicemos ejercicio regularmente. La actividad física libera endorfinas, que son hormonas que mejoran nuestro estado de ánimo.

4. Visualicemos nuestro futuro y establezcamos metas a corto y largo plazo. Esto nos dará un sentido de propósito y nos ayudará a mantenernos enfocados en nuestros objetivos.

5. Otras acciones

  • Limitemos el contacto con esa persona: al menos al principio, es importante evitar el contacto con nuestra expareja para evitar revivir el dolor.
  • Eliminemos los recuerdos: deshagámonos de objetos que nos recuerden a esta persona.
  • Busquemos ayuda profesional: si sentimos que no podemos superar el dolor por nuestra cuenta, no dudemos en buscar ayuda de un terapeuta.

Ejercicios recomendados por la psicóloga en el proceso de olvidar a alguien

Pilar Guerra nos explica en detalle los tres ejercicios recomienda como psicóloga para olvidar a alguien, que son técnicas comunes en la psicología cognitivo-conductual y terapias centradas en la gestión emocional:

1. Técnica de la silla vacía

Consiste en imaginar que la persona con la que hemos terminado está sentada frente a nosotros en una silla vacía, como si estuviera realmente presente. El objetivo es expresar abiertamente todos los sentimientos, pensamientos y emociones que nos han quedado sin decir. Esta técnica permite liberar emociones no resueltas, como el dolor, la ira o la tristeza, y fomentar la catarsis emocional. Al expresar estos sentimientos en voz alta, incluso si es solo en nuestra mente, nos permitimos procesarlos y avanzar.

Además, este ejercicio ayuda a generar autoconocimiento, ya que permite reflexionar sobre nuestras propias emociones sin confrontación directa. El resultado es una mayor claridad emocional, lo que facilita el proceso de aceptación y cierre de esa relación. Es útil repetir este ejercicio cada vez que sintamos que hay algo más que decir o liberar emocionalmente.

2. Agradecimiento

La práctica del agradecimiento es una técnica ampliamente respaldada por la psicología positiva. Cada noche, antes de dormir, se recomienda hacer una lista de tres cosas por las que estamos agradecidos. Este ejercicio tiene múltiples beneficios psicológicos, especialmente durante los momentos de ruptura. Nos ayuda a cambiar el enfoque desde el dolor y la pérdida hacia lo positivo que sigue estando en nuestras vidas.

Este acto de gratitud nos permite centrarnos en lo que nos aporta bienestar, fortaleciendo nuestra resiliencia emocional y reduciendo el impacto del estrés y la tristeza. Con el tiempo, practicar el agradecimiento puede mejorar nuestra actitud ante la vida, haciéndonos más conscientes de lo positivo y menos propensos a quedarnos atrapados en pensamientos negativos sobre el pasado. Al generar esta lista de cosas positivas, nos damos cuenta de que, a pesar de la pérdida, todavía hay aspectos valiosos en nuestra vida que debemos apreciar.

3. Afirmaciones positivas

Las afirmaciones positivas son declaraciones que repetimos para fortalecer nuestro bienestar emocional y cognitivo. Estas frases como "Soy fuerte y capaz", "Merezco ser feliz" o "Estoy rodeado de amor" ayudan a reformular pensamientos negativos que pueden surgir tras una ruptura. En momentos difíciles, es fácil caer en patrones de autocrítica o falta de autoestima, por lo que las afirmaciones positivas actúan como una intervención directa para contrarrestar esas ideas automáticas negativas.

Al repetir afirmaciones positivas diariamente, empezamos a reprogramar nuestra mente para adoptar una visión más empoderadora de nosotros mismos. Esta técnica también tiene efectos sobre la neuroplasticidad: la repetición de afirmaciones puede modificar los patrones neuronales, haciendo que estos pensamientos positivos sean más automáticos con el tiempo. Es recomendable hacer este ejercicio varias veces al día, especialmente en momentos de vulnerabilidad emocional, para recordar que somos capaces de seguir adelante.

El papel del autocuidado en el proceso de olvidar

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"El autocuidado es fundamental para superar una ruptura amorosa. Al cuidarnos física y emocionalmente, estaremos mejor preparados para enfrentar los desafíos que se nos presenten", explica Pilar. Según esta profesional, autocuidarnos implica dormir lo suficiente, alimentarnos bien y realizar ejercicio. O también practicar actividades que nos hagan sentir bien, como hobbies o meditación, puede ayudarnos a restablecer nuestro equilibrio interno.

¿Cuándo es necesario buscar ayuda profesional?

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Es necesario buscar ayuda profesional si sentimos que el dolor es abrumador y no podemos avanzar por nosotros mismos. "Si los sentimientos de tristeza, ansiedad o desesperanza interfieren en nuestra vida diaria, un terapeuta puede proporcionarnos herramientas, estrategias y apoyo personalizado para abordar la situación de manera efectiva para superar la ruptura y mejorar nuestro bienestar emocional", asegura la psicóloga.

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  • Blanca Campos
  • Paloma Rey Cardona