Hasta hace unos años el sexo era un tema tabú del que se hablaba lo menos posible. Los jóvenes no podían recurrir ni a la educación sexual, inexistente por entonces, ni tampoco a los adultos, pues no existía la confianza para necesaria para preguntar a profesores, familiares o amigos sus dudas. Ese tiempo ya pasó y ahora el sexo es una asignatura más en los centros escolares y también un tema del que se habla en casa.
A pesar de la naturalidad del sexo, para muchos padres se trata de algo muy complicado de abordar y que puede provocar angustia y es que no se trata solo de hablar de dónde vienen los niños, sino también de formar en valores.
Para que esto no pase, los padres deben tener confianza en sí mismos y saber sobre qué deben hablar y es que cuanta más información tengan los padres, mejor será la conversación. Lo importante es ser sincero y si se está incómodo admitirlo.
Para adquirir nuevos conocimientos se puede recurrir a libros o profesionales de salud, lo más importante a la hora de hablar sobre sexo con los más pequeños es comenzar a hacerlo desde la infancia, para que no se convierta en un tema tabú. El adulto es el que tiene que tomar la iniciativa sin que la conversación llegue a ser artificial.
Para ello conviene aprovechar situaciones cotidianas, por ejemplo, si se ve a una mujer embarazada introducir el tema de cómo se hacen los niños. Sin embargo, no se trata solo de hablarles del embarazo y todo lo que está relacionado con él, sino también sobre las etapas que están viviendo y las que vivirán en el futuro cercano.
Lo más importante es que cuando esos niños lleguen a la edad adulta dispongan de las herramientas necesarias para disfrutar de una vida sexual segura, adecuada y satisfactoria.