10 consejos para no hacer de tu hijo un potencial delincuente

Ante la rebeldía de nuestros hijos y frente a un carácter fuerte y violento no sabemos muchas veces qué hacer para corregirles esos comportamientos. Quizá lo mejor sea saber qué “no” se debe hacer.
10 consejos para no hacer de tu hijo un delincuente

Ante la rebeldía de nuestros hijos y frente a un carácter fuerte y violento no sabemos muchas veces qué hacer para corregirles esos comportamientos. Quizá lo mejor sea saber qué “no” se debe hacer.

La experta en el campo de la superación y crecimiento personal María Jesús García, responsable del centro Conocerte de la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix, nos remite para saber estos "no mandamientos" a un decálogo que hace unos años entregaba la Dirección General de la Policía de Seattle (Washington) a los padres cuando los hijos eran llevados a la comisaría por haber hecho algo incorrecto.

Este informe pretendía llamar la atención de los padres sobre su enorme responsabilidad y sobre la tremenda influencia que con sus malos ejemplos y una errónea formación pueden ejercer sobre sus hijos.

Con toda la ironía posible, este decálogo recogía los diez consejos principales para “hacer de tu hijo un delincuente”. He aquí estos diez consejos para, por lo menos, intentar evitarlo.

1.- Darle desde pequeño todo lo que pida: de esta manera llegará a mayor convencido de que el mundo entero se lo debe todo.    

2.- Si dice burradas, reírselas: así pensará que es muy gracioso.    

3.- No le deis ningún tipo de formación humana y social: cuando sea mayor de edad ya la obtendrá por sí mismo.    

4.- No le digáis nunca “esto no está bien”: porque se podría crear complejos de culpa, y más adelante, cuando, por ejemplo, le arresten por haber robado un coche, estará convencido de que la sociedad le persigue.    

5.- Recoged todo lo que tire al suelo: así pensará que todo el mundo está a su servicio.    

6.- Discutid siempre delante de él: cuando vuestra familia esté destrozada, él hará ver que no se da cuenta.    

7.- Dadle tanto dinero como quiera: de esta manera no sospechará que para disponer de él tiene que trabajar.    

8.- Satisfacedle todos sus deseos: en el comer, el beber, la diversión, el confort..., sino será un frustrado.    

9.- Dadle siempre la razón: los profesores, la gente, la ley... siempre quieren el mal para el pobre chico. 

10.- Cuando ya sea un desastre, proclamad a los cuatro vientos que no habéis podido hacer nada por evitarlo: de esta manera os habréis preparado una vida dolorosa y, seguramente, la tendréis.

La prevención de la delincuencia de un hijo (y quien dice delincuencia, se puede hablar de cualquier otra forma de marginalidad y transgresión social en que pueda incurrir un niño o niña), empieza ya en los primeros días de vida del menor; cuando los padres le dicen a su querido vástago las veces que haga falta: “Cariño mío, esto no se toca, esto no se dice, esto no se hace”. No olvide que frustrar es una manera de educar.

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