Tener un hijo es un regalo, pero la mayoría de las madres primerizas tienen miedo de malcriar al niño y que crezca teniendo todo lo que él quiere. Por ello, muchas de ellas piden ayuda a otras madres para que les den pistas y así evitar que el niño acabe siendo un consentido.
Una de las principales es no darle todo lo que pida desde el principio, porque se enfadará cuando no consiga lo que él quiere. Además, deberemos regañarle cuando haga algo que está mal y habituarle a recoger sus juguetes, su ropa y su plato de la mesa, ya que así desarrollará su sentido de la responsabilidad desde su infancia.
Por otra parte, sería un error reírnos cuando diga palabras malsonantes, porque lo relacionará con algo bueno y no dejará de hacerlo. También deberemos evitar discutir con nuestra pareja en su presencia y, por supuesto, reprenderle cuando los profesores nos informen de que han tenido malas conductas en el colegio.
Es verdaderamente importante enseñarles ética durante la infancia en casa, porque así aplicarán buenas conductas durante su adolescencia de cara a sí mismos y a los demás. Así, aprenderán a respetar a los demás y evitaremos que todos sus deseos tengan que ser concedidos en el mismo momento en el que lo piden.
También debemos tener que en cuenta que los pequeños no deben leer todo lo que quieran ni ver series y películas que no estén adecuadas a su edad, además de que debemos estar pendientes del tiempo que dedican a los videojuegos. Y es que la tecnología puede hacer que nuestros hijos acaben desarrollando malos hábitos que podemos controlar desde un inicio.
Por último, debemos limitar el dinero que se gastan en caprichos. Por contraposición, es necesario que les inculquemos el trabajo que cuesta llegar a fin de mes, con lo que aprenderán el verdadero valor que tienen las cosas.