Un estudio español recién publicado demuestra que los microondas no matan todas las bacterias al calentar los alimentos

Un estudio de investigadores españolas evidenia que los microondas no son lugares libres de gérmenes: hay bacterias que sobreviven al calor que emiten al funcionar. 
Un microondas encendido

Tos microondas tienen microbios en su interior. Es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la universidad de Valencia en un estudio que ha sido publicado recientemente. No se trata de alarmar a nadie; este electrodoméstico no es peligroso si se mantiene en unas condiciones higiénicas óptimas (con estos consejos puedes limpiar el microondas a fondo) pero el estudio desmonta la creencia popular de que la radiación que emiten los microondas al utilizarse acaba por completo con todas las bacterias. No es así.

El estudio, denominado ‘El bacterioma de las microondas: biodiversidad de los hornos microondas domésticos y de laboratorio’ y publicado por ‘Frontiers in Microbiology’, es un trabajo de los investigadores e investigadoras españoles Alba Iglesias, Manuel Porcar, Lorena Martínez y Daniel Torrent.

El grupo de expertos del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas I2SysBio (Universitat de València-CSIC), especializado en estudiar el comportamiento de bacterias en espacios o lugares poco estudiados, ya confirmó en investigaciones anteriores que las bacterias sobreviven en cafeteras o lavavajillas, y ahora ha hecho lo propio con el microondas.

Un microondas en una cocina casera - Rubén García

Los expertos han examinado 30 hornos de microondas en tres entornos distintos: cocinas domésticas, laboratorios y espacios compartidos, como los que puede haber en una cocina de oficina o en la zona para comer de los supermercados. En concreto, los científicos de la universidad valenciana han utilizado tecnología de secuenciación y técnicas de cultivo para identificar 101 cepas bacterianas en total. Cuatro son los principales filos detectados en los hornos microondas analizados: Proteobacteria, Firmicutes, Actinobacteria y Bacteroidetes.

Estas bacterias, conocidas como organismos extremófilos, son ultrarresistentes, por o que son capaces de sobrevivir en condiciones tan agresivas como las que se generan en una central nuclear o en condiciones extremas como las de temperaturas bajo cero de forma permanente. Ahora también sabemos que sobreviven a la radiación de los microondas, al que le ha salido competencia con este otro electrodoméstico de moda.

La creencia popular, muy extendida, es que si metemos en el microondas algún táper u otro recipiente compatible con este electrodoméstico que tengan bacterias, estas morirían al poner en marcha el microondas. Las muestras tomadas en los 30 electrodomésticos para este estudio español (10 en cada una de las tres condiciones citadas anteriormente) evidencian que esto no es así. Es decir, el hábitat del microondas no es, como muchas personas siguen pensando, estéril, ya que el calor no es destructivo para todos los microorganismos que habitan o entran en él.

Hay diferencias, concluyen los investigadores, entre las bacterias que aparecen en microondas en entornos controlados como un laboratorio a las que hay si el electrodoméstico está colocado en una cocina.

En el primer caso, explican, aparecen bacterias adaptadas a la radiación, como la denominada Deinococcus, capaz de sobrevivir en centrales nucleares. En cambio, en electrodomésticos colocados en espacios públicos o en viviendas se han identificado bacterias cuya presencia es habitual en alimentos, como Escherichia coli y Salmonella, la misma que ha sido detectada en la alerta sanitaria de un popular fuet ibérico. También han identificado Klebsiella y Brevundinomas, relacionadas ambas con distintos problemas de salud. Según los expertos, hay más bacterias en los microondas de espacios compartidos por su elevado uso.

Un vaso de leche calentado en el microondas - Rubén García

Como los propios investigadores han explicado en los días posteriores a la publicación de este estudio reciente, el objetivo de su trabajo no es crear alarma sobre el uso del microondas, sino demostrar que no son electrodomésticos libres de gérmenes, por lo que debemos ser responsables con la higiene y limpieza del aparato en cuestión.

Por limpiar el microondas por dentro y que quede reluciente, basta con utilizar productos habituales de limpieza que tengas en casa habitualmente. Así podrás seguir usándolo a diario sin nada que temer, pero ya sin esa tener esa red de seguridad en la cabeza que era la idea de que podían ser espacios libres de bacterias por la radiación que emiten al calentar.

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