El bizcocho es una de las recetas más antiguas que existe en repostería y consiste en una masa esponjosa y dulce que se emplea tanto en la elaboración de pasteles como para tomar sola. Además, seguro que te has animado a preparar alguno en casa ya que los ingredientes que se necesitan son fáciles y (en teoría) solo has de mezclarlos e introducirlos en el horno. Pero no es tan sencillo como puede parecer a primera vista.
Seguro que alguna vez te ha pasado, te metes de lleno en la cocina con la firme decisión de preparar un bizcocho. Escoges con cuidado los ingredientes: huevos, harina, mantequilla, levadura, leche y azúcar. Mientras enciendes el horno te dispones a batir la masa, la viertes en su molde, la llevas al horno y te sientas a esperar que la magia de la repostería se produzca en tu cocina. Pasados unos minutos vas a echarle un vistazo y sonríes a través del cristal al comprobar que el bizcocho está comenzando a dorarse, como una promesa. Unos minutos más y estará listo. Pero es en ese preciso momento cuando descubres que está subiendo por un lado más que por el otro, así que cuando por fin lo sacas tiene un aspecto más parecido a más una montaña rocosa que al bizcocho que tenías en mente antes de ponerte manos a la obra.
¿Cómo solucionas este desastre? Ya no hay remedio, así que lo sacas del horno con resignación y lo dejas enfriar. Pero el drama continúa, tras desmoldar resulta que el bizcocho se desmiga. Pero puede que no sea el último susto que te lleves porque también podría pasar la peor "tragedia bizcochera" de todas: el bizcocho está crudo. Como lo lees.
Quizá no te hayan pasado toda esta serie de desgracias seguidas, pero estamos convencidos de que, si te gusta preparar dulces caseros, has vivido en tus propias carnes cada una de estas situaciones. Y es que, aunque es una receta muy fácil, son muchos los errores que nos pueden alejar del perfecto bizcocho. Para que no caigas en ninguno de ellos, elaboramos una lista con las cosas que no debes hacer a la hora de hacer un bizcocho. Atenta.
La temperatura del horno es demasiado baja
Con una temperatura de horneado muy baja, se aumenta el tiempo de cocción, lo que provoca un bizcocho más reseco y que no quede la textura correcta.

No hemos batido bien la masa
Cuando batimos la masa es muy importante introducir aire en ella, necesitamos batir muy bien todos los ingredientes -especialmente el huevo- para incorporar aire a la mezcla.

Exceso de levadura
Si hay demasiada levadura química en tu receta, ten por seguro que subirá más de lo que debería y por tanto rebosará del molde.

Lo hemos dejado demasiado tiempo dentro del molde
En ocasiones, si sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos enfriar dentro del molde, la misma humedad que genera puede hacer que la miga se moje y se apelmace. Intenta dejarlo un máximo de 10 minutos.

La calidad de los ingredientes es mala
Unos ingredientes de mala calidad también pueden estropear nuestro bizcocho. Lo que más afecta en este problema son los huevos muy pequeños, una harina con demasiada proteína, una levadura pasada o caducada, una grasa muy pesada o una mantequilla de mala calidad.

La masa tiene poco azúcar o poca grasa
Cuando hay un desequilibrio entre los ingredientes, la masa está más seca de lo que debería, y es normal que empiece a quemarse antes de lo que sería normal.

El horno tiene la temperatura muy alta
No cometas el error de poner el horno a mucha temperatura porque te olvidaste de precalentarlo, y al meter el bizcocho bajar la temperatura, La temperatura tiene que ser constante durante toda la cocción, usualmente unos 180 grados o lo que marque la receta.

La masa tiene demasiada harina
Si te excedes con los ingredientes secos (harina, cacao, levadura…) a la masa le faltará grasa o líquido, por lo que es normal que quede seca y que la textura no sea la adecuada.

La masa está demasiado batida
Si nos pasamos al batir la mezcla una vez hemos incorporado la harina, el gluten se desarrolla haciendo que las proteínas sean más en proporción. Por lo tanto, a más proteínas, un bizcocho más seco y apelmazado.

El molde es de color oscuro
El color del molde influye mucho en la temperatura que es capaz de concentrar y en cómo la reparte. Por eso los moldes profesionales, suelen ser de color dorado o plateado.
