Curso de pan casero. Cómo convertir tu horno en un horno panadero

Te enseñamos un truco infalible para convertir tu horno de casa en un horno de leña para hacer unos panes deliciosos.
Cómo conseguir resultados profesionales al hornear pan

Después de saber qué le pasa al pan durante el proceso de horneado, llega el momento de ver cómo hacerlo en casa.

A la hora de hacer pan hay dos factores fundamentales para que tanto la corteza como la miga se desarrollen correctamente en el horno: la temperatura y la humedad.

En este curso de pan casero, toca hablar de la temperatura. Un horno de un panadero tiene una piedra en la base que se calienta a muchísima temperatura, antes de poner el pan sobre ella.

Moncho López, de Levadura Madre, nos da algunos trucos para convertir el horno de casa en un horno perfecto para hacer pan.

Consejos básicos para hornear el pan en casa: temperatura

Lo primero que hay que tener en cuenta es que es fundamental que el pan reciba mucho calor desde abajo, especialmente durante los primeros momentos de cocción (por eso en un horno de panadero, el pan se coloca sobre una base de piedra muy caliente).

Por lo tanto para poder simular esto en casa, lo primero que hay que hacer es calentar muy bien el horno a máxima temperatura. Si tiene 270 ºC, mejor. Si la temperatura máxima que alcanza son 250ºC, pues a esta temperatura.

Debemos hacerlo con la bandeja dentro y colocada en la mitad inferior del horno. El precalentamiento es fundamental.

En el momento de colocar el pan en el horno, hay que hacerlo lo más rápido posible, para que no pierda temperatura y, a poder ser, sin sacar la bandeja metálica (que debe estar muy caliente).

Justo cuando introduzcas el pan en el horno, hay que ponerlo a calentar el horno solo por abajo e, incluso, se puede apagar. Y mantenerlo así durante la primera parte de la cocción (los primeros 10- 15 minutos).

Pasado ese tiempo ya se baja la temperatura (a unos 220ºC) y se pone a calentar por arriba y abajo el resto de la cocción. En la última parte de la cocción se tiene que formar una buena corteza (el pan ya no va a levar más) que quede bien crujiente y dorada. Para eso no hace falta ni tanta temperatura ni humedad y el calor ya no es necesario que venga desde abajo.

Y hasta aquí llega el capítulo de la temperatura y dónde colocar el pan para conseguir una cocción que simule a un horno de leña. Os faltan por saber dos trucos más que también son claves para conseguir un buen pan: la humedad y un pequeño truco para convertir la rejilla en una “piedra” de hornear.

Prueba esta técnica con esta receta:

- Cómo hacer pan de queso

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