Alquilar un espacio en un coworking es una estupenda opción si eres autónoma o pequeña empresaria y no quieres trabajar en casa o no tienes sitio.
Te contamos los diferentes tipos que hay en el mercado, para que elijas el que te conviene según tus necesidades.
¿Qué te aporta?
Trabajar en un espacio compartido tiene muchas ventajas. La fundamental es que estás en un entorno muy profesional en el que se pueden multiplicar tus oportunidades de negocio o de poner en marcha proyectos gracias a los contactos con los diferentes coworkers.
Para Nadine Guerra, experta de Cink Emprende, consultora especializada en emprendedores con dos coworking en Madrid, el verdadero valor está en lo intangible, en los nuevos contactos, en generar confianza, estimular el talento y en las sinergias que se crean cuando es gestionado adecuadamente”.
Alquilar un puesto fijo en un coworking es la solución ideal cuando desarrollas una actividad que te exige regularidad, tanto en el flujo de trabajo como en el horario.
Esta modalidad es lo más parecido a estar empleado en una empresa porque puedes usar la dirección como domicilio social, dejar en tu puesto el ordenador o el material que necesitas cada día y, además, tienes la oportunidad de mantener con el resto de coworkers una relación de compañerismo en un ambiente muy similar al que se puede crear en cualquier compañía.
El coste de un puesto fijo depende de lo que ofrezca, pero puede estar entre 200 y 300 € al mes con opción a teléfono fijo, zona de almacenamiento, acceso ilimitado a salas de reuniones, a talleres y a eventos de networking.
Cuando el espacio de trabajo lo necesitas solo de vez en cuando porque a menudo tienes viajes de negocios, reuniones en la dirección de los clientes o debes salir a vender porque eres comercial, lo que te interesa es tener un puesto flexible. En estos casos los coworking ofrecen mesas individuales o compartidas para que vayas cuando realmente lo necesites.
Muchos espacios ofrecen la posibilidad de contratar el puesto por horas a la semana o al mes, de modo que los precios pueden variar bastante: desde el uso de un solo día por 15 € al mes o el acceso de 15 horas semanales por 100 € mensuales, en una tarifa que incluye todas las ventajas de una comunidad laboral, como el uso ilimitado de salas de reuniones o el encuentro en eventos con otros coworkers. Lo cierto es que cada coworking tiene sus tarifas y sus servicios específicos.
Hay personas con gran capacidad de trabajo y muchas inquietudes que están dispuestas a trabajar de día (para una empresa manteniendo una jornada completa) y de noche (en su propio proyecto empresarial).
Si eres una de estas night owls (aves nocturnas), hay espacios coworkig que abren de noche y hasta la madrugada, pero se suelen organizar a través de eventos como los de Madnightowls.com, en Madrid, en los que los coworkers intercambian ideas y métodos de trabajo.
Por último, un uso del coworking que ha nacido al calor del desarrollo tecnológico. Se apuntan a él profesionales que tienen como principal herramienta de trabajo un ordenador portátil y que viajan a menudo porque pueden desarrollar su actividad desde cualquier lugar del mundo con una conexión wifi. Cuando estos usuarios encuentran un coworking lo convierten en su centro de operaciones por un breve tiempo.
Nadine Guerra, de Cink Emprende, clasifica a estos coworkers en dos tipos: “Los nómadas digitales, que aprovechan las nuevas tecnologías para trabajar a distancia mientras viajan, y los knowmads (de know: conocimiento y nomad: nómada, término acuñado por John Moravec -investigador sobre educación del futuro-), que hace referencia a los trabajadores altamente cualificados que llevan sus conocimientos a cualquier sitio. Muchos se agrupan en la plataforma Nomadwork.ning.com.