Estas son las enfermedades que te permiten solicitar una pensión por incapacidad permanente

Se trata de una prestación económica que se solicita cuando una persona por enfermedad o accidente ve reducida o anulada su capacidad laboral.
ben-white-qYanN54gIrI-unsplash

Con el propósito de ayudar a las personas que no pueden trabajar debido a enfermedades graves o lesiones, la seguridad social ofrece la pensión por incapacidad permanente. 

Sin embargo, no todas las enfermedades o lesiones califican para este tipo de pensión, y el proceso para ser reconocido como beneficiario puede ser complejo y exigente. Es fundamental conocer cuáles están incluidas en esta categoría y cómo iniciar el proceso de solicitud y obtener el apoyo financiero necesario.

¿Qué requisitos se deben cumplir para solicitar una pensión por incapacidad permanente?

Cortesía de Unsplash

Es importante mencionar que dependiendo del grado de incapacidad, se exigen unos requisitos generales y de cotización, pero si la incapacidad deriva de accidente sea o no de trabajo o de enfermedad profesional no se exigen cotizaciones previas. Estos son los requisitos: 

  • No tener la edad requerida para la jubilación: 67 o 65 años (cuando se acrediten treinta y ocho años y seis meses de cotización)
  • Estar afiliados y en alta o en situación asimilada a la de alta.
  • Además, a los representantes de comercio, artistas y profesionales taurinos se les pide estar al corriente del pago de cuotas.
Cortesía de Unsplash

¿Cómo acceder a la incapacidad permanente?

La dirección provincial del INSS (Tribunal Médico del Instituto Nacional) es el encargado de evaluar y confirmar la incapacidad permanente de la persona que realice la solicitud, estableciendo el nivel de incapacidad después de un detallado análisis de su estado de salud.                                

Las enfermedades que pueden calificar para una pensión por incapacidad permanente 

Aunque no hay una lista oficial de enfermedades que concedan automáticamente el derecho a la pensión por incapacidad permanente, diversas condiciones médicas son comúnmente aceptadas debido a su impacto considerable en la capacidad de trabajar. Desde problemas cardíacos, trastornos neurológicos y psicológicos graves hasta enfermedades reumáticas. Estas son algunas de ellas:

  • Ataxia
  • Artrosis cervical
  • Artritis reumatoide
  • Aniridia
  • Alzheimer
  • Albinismo
  • Agorafobia
  • Condromalacia rotuliana
  • Cardiopatía isquémica
  • Cáncer
  • Distrofia de conos y bastones
  • Distimia
  • Diabetes
  • Depresión
  • Enfermedades hepáticas
  • Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
  • Enfermedad de Behçet
  • Estenosis foraminal
  • Esquizofrenia
  • Enfermedades renales
  • Epilepsia
  • EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
  • Esclerosis múltiple
  • Espondilitis anquilosante
  • Espondilosis degenerativa
  • Fibrosis quística
  • Fibromialgia
  • Hernia discal
  • Ictus
  • Lesión medular
  • Lumbalgia crónica
  • Lupus
  • Miopía magna
  • Maculopatía
  • Neuropatía cubital
  • Narcolepsia
  • Postpolio
  • Radiculopatía lumbar
  • Retinopatía diabética
  • Retinosis pigmentaria
  • Rizartrosis
  • Silicosis
  • Síndrome de Ménière
  • Síndrome de Sjögren
  • Síndrome de Südeck
  • Síndrome de Tourette
  • Síndrome del túnel carpiano
  • Síndrome subacromial
  • Siringomielia y Arnold Chiari
  • Stargardt
  • Trastorno adaptativo mixto
  • Trastorno bipolar

Recomendamos en