Quien tiene una freidora de aire en casa, lo sabe: una vez la pruebas, ya no hay vuelta atrás. Este pequeño electrodoméstico se ha convertido en el mejor amigo de quienes queremos comer más sano sin complicarnos la vida. Cocina rápido, gasta mucho menos que el horno tradicional, no necesita casi aceite y encima te permite preparar desde verduras crujientes hasta bizcochos esponjosos. Vamos, que lo tiene todo. Pero como pasa con todo lo que usamos a diario, también acumula grasa, restos de comida y olores que, si no los controlamos a tiempo, pueden dejarla hecha un desastre. Y entonces, esa aliada maravillosa empieza a darnos más trabajo que alegría… a menos que sepamos cómo cuidarla y limpiarla de forma rápida y sin esfuerzo. Aquí es donde entra en juego el truco más fácil del mundo (y que funciona de verdad).
No te preocupes, que no hace falta pasar horas fregando ni usar productos abrasivos. Con un poco de constancia y este truco facilísimo, tu airfryer puede estar como nueva en 15 minutos. Y sin desmontarla entera.
Lo que debes (y no debes) hacer para que tu freidora de aire dure más
Antes de hablar de limpieza, un apunte importante: si quieres que tu freidora te dure años, hay ciertos errores que es mejor evitar. Por ejemplo, no llenes la cubeta hasta arriba (aunque tengas prisa, lo sabemos), cocina mejor por tandas. ¿El motivo? Así evitas que la comida se pegue o que las especias y quesos terminen carbonizados en el fondo, algo que no solo huele fatal, sino que complica muchísimo la limpieza después.
También es importante conocer los tiempos de cocción y no meter cualquier alimento en la airfryer: algunos ingredientes pueden estropearla. Y por supuesto, límpiala siempre después de usarla. Una freidora de aire limpia no solo es más higiénica, también cocina mejor.

No eres la única que limpia y ordena la casa antes de que llegue la persona de la limpieza: esto es lo que hay detrás de esa presión absurda que sentimos muchas (aunque no lo digamos). Spoiler: la freidora tampoco se limpia sola.
El truco definitivo para limpiar la airfryer (según una experta)
Begoña Pérez, más conocida como La Ordenatriz, tiene un método sencillo y eficaz que te ahorra tiempo, productos y disgustos: usar vapor y limón. Sí, como lo lees. Solo tienes que llenar la cubeta con agua hasta cubrir la rejilla (ojo, nunca más de lo recomendado en el manual), añadir un par de rodajas de limón y poner el programa de patatas fritas durante 15 minutos a 200 °C. El vapor hará su magia: ablanda la grasa y neutraliza los olores.
Cuando termine el programa, basta con lavar la bandeja extraíble y la rejilla con jabón y una esponja suave. Para la resistencia, que es más delicada, pasa un paño seco y listo. Si ves que queda alguna manchita rebelde, puedes ayudarte con piedra blanca y un cepillo de dientes (sí, como los que usas para las juntas del baño).
El exterior tampoco se salva. Los botones y la pantalla suelen llenarse de huellas y grasa, así que límpialos con un paño húmedo con una gota de jabón. Si es de acero inoxidable, el truco estrella es el vinagre blanco para eliminar marcas. Y si un día tienes más tiempo o hace falta una limpieza más a fondo, desmonta la cesta y la bandeja y déjalas en remojo con agua tibia y jabón durante 10 minutos. Después, usa una esponja suave (nada de estropajos metálicos, que dañan la capa antiadherente) y seca todo bien antes de volver a usarla.
Mi encimera era un caos hasta que encontré este organizador: ahora la cocina siempre está ordenada y puedo guardar el doble de cosas (y cuesta menos de lo que imaginas). Tener una airfryer limpia y todo en su sitio hace que cocinar sea mucho más fácil (y hasta apetece).