A todos nos ha pasado alguna vez, incluso a los más duchos en los fogones, que lo cocinado en una cacerola, una olla o una sartén se ha quemado creando una capa negra en el fondo del utensilio de cocina. A veces solo un poquito, de manera salteada, y otras de manera uniforme, todo el fondo.
En estos casos, la primera intención es casi siempre dejar en remojo el material de cocina quemado con un chorrito del detergente para que se ablande el fondo. Esta idea inicial no es mala; de hecho, puede funcionar cuando la superficie quemada no es mucha ni está demasiado agarrado lo pegado si se queda en remojo toda la noche, por ejemplo. Sin embargo, a menudo no basta con ello y entonces llega el problema: cómo limpiarlo para que quede restaurada la olla, la cacerola o la sartén en cuestión.
Qué usar y qué no
Vamos a empezar por el final, diciéndote cómo no debes limpiar este tipo de utensilios de cocina: con un estropajo o espátula. “Es un lamentable error que terminaría dañando completamente la olla, sea de teflón o acero inoxidable. Lo ideal es que emplees una esponja que sea suave con bicarbonato, jabón o cualquier otra sustancia”, explican desde La Empresa de la Limpieza, un argumento igual de válido para las sartenes, en las que tampoco se debe frotar con la parte de estropajo de las esponjas porque se estropea el antiadherente.
La clave está en conocer algunos trucos caseros tradicionales que siguen siendo eficaces. Estas son algunas ideas que los expertos sí recomiendan para restaurar una olla o una cacerola quemada. Tienen como protagonistas al bicarbonato, a la sal, al vinagre y a la lejía.
- Sal: desde La Empresa de la Limpieza aseguran que “Si tu olla no está demasiado carbonizada, utilizar agua con sal (3 cucharadas) va a ser suficiente”
- Vinagre: otro truco si la sal no funciona es aplicar vinagre en las zonas quemadas. “Seguidamente, pon a hervir tu olla con vinagre durante 5 minutos. Cuando se termine ese tiempo, friega las quemaduras con la esponja”, afirman desde La Empresa de la Limpieza.
- Mezcla de vinagre y bicarbonato: La Ordenatriz, referencia en Instagram para todos los que necesiten trucos de limpieza, recomienda echar vinagre de vino o manzana y cubrir lo quemado con ello. “Calienta unos segundos. Apaga el fuego. Echa bicarbonato, deja esta mezcla toda la noche”, explica. Para completar la limpieza, “Al día siguiente, frota, pero tiene que ser fácil. Si no es así, repite la operación”, dice la experta en limpieza del hogar, que recomienda el mismo truco para las sartenes con un único matiz distinto: “Como no se puede calentar in situ, calienta el vinagre aparte y pon la mezcla por fuera. Deja reposar dos horas y frota”, concluye.
- Pasta de bicarbonato: utilizar solo bicarbonato también puede ser suficiente según el equipo de La Empresa de la Limpieza: “Haz una pasta con el bicarbonato y asegúrate de que quede espesa para lograr resultados eficientes. Después, empieza a aplicar en las zonas donde veas las manchas que sean de quemaduras. Permite reposar 2 horas. Al pasar ese tiempo, emplea agua con jabón”, indica.
- La lejía: desde La Empresa de la Limpieza también recomiendan utilizar la lejía en caso de que nada de lo anterior funcione. “La técnica se parece a la que aplicas con el vinagre, pero con diferente e intenso olor”, apuntan. Para limpiar la olla o cacerola así, “Vierte agua en la olla con una pequeña cantidad de este producto y ponla a hervir por unos 4 o 5 minutos”, recomiendan. Cuando se enfríe, con una esponja, frota los restos que queden al fondo.
¿Y las sartenes?
En el caso de las sartenes, desde Castey, especialistas en la fabricación de este tipo de productos de menajes del hogar, también recomiendan utilizar de manera similar vinagre y bicarbonato, tal y como lo hace La Ordenatriz, si bien apuntan que a veces puede bastar con “El truco más conocido y que seguramente en alguna ocasión ya habrás utilizado es usar detergente de platos y agua caliente”.
En este caso, se trata de echar simplemente varias gotas del detergente habitual de lavar platos a mano, removerlo y hervir alrededor de 10 o 15 minutos. “Déjala enfriar durante 20 minutos, tira la mezcla, y seguidamente, frótala con una esponja suave, detergente para platos y agua caliente para eliminar los últimos restos de la capa quemada”, añaden desde Castey.
Un tercer y último consejo para las sartenes es utilizar la sal. Desde Castey aconsejan agregar un puñado de sal en el fondo del recipiente quemado junto con agua tibia. “Lo ideal es dejar reposar la mezcla durante al menos unos 20 minutos y una vez pasado este tiempo enjuagar. Si persisten los restos, puedes hervir la mezcla unos minutos y una vez que se enfríe, volver a frotar con una esponja suave”, explican desde la empresa de menaje del hogar, que hace hincapié en no poner el fuego a tope porque “es innecesario y contraproducente” ya que se estropea el antiadherente de las sartenes.