Muchas de nosotras recurrimos a la tintorería de vez en cuando para quitar el mal olor que se queda en la ropa. Y es que, aunque haya pasado por la lavadora, sigue manteniéndose ese hedor que nos hace evitar nuestras prendas favoritas. Aquí señalamos las claves que nos ayudan a quitar ese mal aroma de nuestro fondo de armario.
En primer lugar, podemos recurrir a la combinación de vapor y vinagre. Aunque parezca raro, si colgamos la camisa y ponemos debajo de ella un cubo de agua caliente con vinagre mientras nos duchamos, conseguiremos quitar ese mal olor gracias a la atmósfera de humedad que se crea.
Otro de los remedios más eficaces cuando nuestra prenda huele a humedad es tenderla al aire libre durante un tiempo. De este modo, el aire pasa por las fibras que componen la tela y se elimina así ese molesto aroma a mojado.
En el caso de que nuestros vaqueros desprendan un mal olor por haber estado guardados un tiempo, lo mejor es meterlos en el congelador durante 45 minutos. Así, las bacterias causantes del hedor desaparecerán y podremos volver a lucir esos pantalones que tanto nos gustan.
Por otro lado, ahora que ha llegado el mal tiempo, nos hemos dado cuenta de que nuestros abrigos desprenden un incómodo aroma. Por ello, lo mejor para suprimir ese característico olor es limpiarlos con agua y amoniaco y dejarlos secar durante unas horas. El resultado es insuperable.
Por último, hay que tener en cuenta el aceite del árbol de té y el bicarbonato de sodio. El primero es muy aconsejable para las toallas y albornoces que no suprimen el mal olor, aun pasando por la lavadora. El segundo es el mejor remedio para limpiar en seco cualquier prenda.
Con estas sencillas claves eliminaremos el mal olor de nuestra ropa y podremos utilizar cualquier prenda siempre que queramos.
