Aunque pueda parecer un tema trivial, la forma en que colocamos el papel higiénico en el baño ha sido objeto de debate y opiniones divididas durante años. Sin embargo, detrás de este producto de uso diario, los expertos nos aconsejan la manera correcta de colocarlo. Esta forma se basa en la facilidad de uso, en mantener todo más limpio y en que sea fácil de alcanzar, lo que podría hacer que veamos esta acción simple de otra manera.

La verdadera razón por la que el papel higiénico debe colocarse por encima
Según un estudio de la Universidad de Colorado, la forma correcta de colgar el papel higiénico es por encima. ¿Por qué? Porque si se coloca por debajo, aumentan enormemente las posibilidades de que las bacterias se propaguen. "Si el papel higiénico se cuelga debajo, es muy probable que los dedos rocen también la pared, dejando un residuo. De ser así, cada usuario del baño que coja el papel corre el riesgo no sólo de recoger las bacterias ya depositadas, sino también de dejar más para la siguiente persona", señalan desde el estudio.

A su vez, Seth Wheeler, considerado como el padre fundador del papel higiénico en Estados Unidos aclaró de forma indirecta en una patente publicada en 1891 que la forma correcta de poner este accesorio en el portarrollos era por encima. "Mi invento consiste en un rollo de papel para envolver o para uso higiénico construido de manera que los puntos de unión y separación entre las hojas estén alternativamente en líneas paralelas que recorran todo el cuerpo de las hojas, de modo que al tirar del extremo libre de la red no se transmitirá en línea directa a través de una serie de hojas, sino que será desviada por los espacios opuestos a los puntos de conexión de la hoja tirada, produciendo así una tensión transversal sobre la siguiente línea de puntos de conexión suficiente para romper a ellos".

En conclusión, dentro del contexto de la patente, se puede interpretar que la disposición del rollo con el papel saliendo por encima optimiza el uso del mecanismo diseñado por Wheeler. Este sistema facilita que las hojas se separen con una tensión específica y que los puntos de conexión se rompan de manera efectiva, aprovechando así la estructura pensada para minimizar el desperdicio y mejorar la funcionalidad.