Revista Mía

Mitos y verdades sobre el teflón

Aunque siempre han estado rodeadas de mitos y muchas creencias (algunas de las cuales son erróneas), te descubrimos toda la verdad acerca de las sartenes, ollas y otros utensilios de cocina con teflón.

Hoy en día el teflón se ha vuelto tan enormemente popular que muchas personas suelen referirse a todas las sartenes, cacerolas y ollas antiadherentes como teflón, aunque originalmente no todos los utensilios de cocina con cualidades antiadherentes lo contengan (es decir, aunque no hayan sido fabricados con esta molécula).

De hecho, en realidad el teflón es un material que ha existido desde hace años. A pesar de ello, todavía muchas personas se siguen haciendo preguntas sobre los posibles riesgos para la salud que supone cocinar cada día con utensilios de cocina elaborados con él, de manera que siempre es de mucha utilidad analizar cuáles son los principales mitos relacionados con el teflón. Y, especialmente, cuáles de esas creencias sí son reales.

¿Qué es y en qué consiste el teflón?

El teflón consiste originalmente en una marca registrada de un químico de origen sintético conocido con el nombre de politetrafluoroetileno. Se utiliza desde hace décadas para recubrir una amplia diversidad de productos, debido a que ayuda a crear una superficie antiadherente, es impermeable y, además, es de mucha utilidad a la hora de reducir la fricción.

Curiosamente, se trata de un material que se viene utilizando desde la década de 1940. Hasta el punto que, en la actualidad, podemos encontrarlo casi en todo: desde protectores de tela a bombillas de lámparas de calor, por lo que no solo se utiliza en la fabricación de utensilios de cocina.

Aún cuando es tremendamente probable que en estos momentos tengamos muchos productos y elementos recubiertos de teflón en casa, no hay duda que uno de sus usos más conocidos y familiares tenga que ver con su utilización como revestimiento antiadherente, sobre todo en sartenes y ollas.

Suele creerse que los utensilios de cocina antiadherentes, en especial los fabricados con teflón, no son duraderos, se desgastan con muchísima facilidad y, sobre todo, no son una opción económica.

Si bien es cierto que los primeros recubrimientos antiadherentes se fabricaban con una mayor proporción de politetrafluoroetileno, hoy en día los utensilios de cocina antiadherentes más modernos utilizan agentes de refuerzo de alta tecnología, proporcionando una fuerza adhesiva no solo mayor, sino una mejor resistencia al desgaste diario.

Foto: Istock

Usos del teflónFoto: Istock

El hecho es que un pequeño rasguño no tiene por qué impedir que el uso de la sartén o de la olla cambie, salvo afectar únicamente al atractivo visual del utensilio de cocina en cuestión.

Es más, a diferencia de lo que suele pensarse, difícilmente ocasionará ningún otro daño. Eso sí, en lo que respecta al rendimiento, siempre y cuando el fondo de la sartén o la mayor parte presente un buen recubrimiento, continuará funcionando bien. Es decir, a menos que la sartén o la olla se encuentren muy deterioradas, la existencia de una o dos rayas superficiales no tienen por qué suponer algún problema.

Una de las principales preocupaciones derivadas del uso de utensilios de cocina de teflón es la creencia de que puede aumentar el riesgo de cáncer, algo que tendrá específicamente relación con el ácido perfluorooctanoico (PFOA), una sustancia química de origen igualmente sintético utilizada en el proceso de fabricación del teflón.

Los estudios realizados hasta hace pocos años generalmente involucraban exposiciones muy elevadas de esta sustancia, y los resultados obtenidos por los científicos fueron mixtos. Esto significa que algunas investigaciones sugerían que niveles elevados de ciertas sustancias de polifluoroalquilo podían conducir a un riesgo mayor de ciertos cánceres, principalmente testicular, de próstata, ovario, vejiga y riñón.

Debido a las dudas, aunque esta sustancia fue utilizada en la fabricación del teflón, desde el año 2013 todos los productos de la marca Teflon se encuentran cien por cien libres de PFOA.

Además, también debemos tener en consideración otro aspecto importante: aunque existen investigaciones que sugerirían un vínculo entre el PFOA y el cáncer, no existe realmente un vínculo comprobado entre el teflón y el desarrollo de cáncer.

Sin existir certeza de que el teflón pueda producir directamente cáncer, sí se ha descubierto que la exposición prolongada a los vapores de una sartén recubierta de teflón sobrecalentada podría provocar síntomas similares a los de la gripe, lo que incluiría escalofríos, dolor de cabeza y fiebre. No obstante, esto sería solo posible en caso de sartenes calentadas a una temperatura muy elevada durante muchas horas.

Por lo general es considerada como una afección benigna, y los síntomas suelen resolverse en un período comprendido entre las 12 a 48 horas posteriores a la exposición. Aunque sí podrían ocurrir problemas serios en quienes presenten algún tipo de enfermedad cardiorresiratoria.

Por otro lado, alguna que otra investigación también ha sugerido que las sustancias polifluoroalquilo (PFAS), que, recordemos, no han sido utilizadas en la fabricación del teflón desde el año 2013, podrían asociarse con cambios en las enzimas hepáticas, mayor riesgo de hipertensión arterial, niveles de colesterol más elevados, un riesgo acrecentado de preeclampsia durante el embarazo y un menor peso de los bebés en el momento del nacimiento.

Como vemos, los utensilios de cocina fabricados con teflón en la actualidad son considerados seguros, pero si te preocupa usar una sartén o una olla fabricada antes del año 2013, los expertos recomiendan reemplazarla siempre que sea posible. Si es así, en estos casos es aconsejable escoger teflón más nuevos, o producidos con otros materiales, como aluminio o acero inoxidable.

No obstante, también se recomienda seguir una serie de pautas y consejos básicos tanto en utensilios de cocina de teflón como fabricados a partir de otros materiales cuando estén gastados o dañados, evitar el uso de temperaturas extremadamente elevadas, no usar productos de limpieza o materiales muy abrasivos y, sobre todo, evitar aquellos utensilios de metal que pueden acabar rayando el revestimiento de la superficie de la sartén o de la olla.

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