Quinoa, cuscús y bulgur. Estos son los tres ingredientes que con el boom de la alimentación healty por un lado y la globalización alcanzando de lleno el universo de la cocina y la gastronomía se han convertido en nuevos habitantes habituales de los menús semanales de muchas casas. De los dos primeros ya te hablamos largo y tendido; no así del tercero, nuestro protagonista en esta pieza.
Una vez más, el término de una forma de procesado se convierte también en la etiqueta del producto. Es así es este caso porque bulur es el nombre que recibe la forma de procesar los granos de trigo tan característica de este producto, en una especie de bolitas. Por lo tanto, el bulgur no es más que trigo tratado de una manera concreta, menos procesado que el cuscús, elaborado de la misma materia prima. De hecho, en árabe bulgur significa sémola, de ahí que su sentido etimológico ya dé pistas sobre su parecido con el cuscús, si bien es más saludable que este al ser cereal integral su materia prima.
Por lo tanto, es sencillo explicar qué es el bulgur, granos de trigo integrales y precocidos menos tratados que el cuscús, y cuáles son sus características nutricionales principales ya que no difiere de cualquier otro ingrediente elaborado solo con trigo. Es vegetal 100%, con un gran contenido en fibra, minerales como el calcio, el fósforo o el hierro, y es un alimento no apto para personas celíacas o intolerantes al gluten.
Cómo cocinarlo
El bulgur se puede comprar en tiendas a granel o envasado. No tiene misterio ni dificultad alguna encontrarlo hoy en día porque la mayoría de los supermercados lo comercializan.
Para prepararlo, es aconsejable seguir las instrucciones del fabricante porque, como ocurre con la pasta, pueden variar los tiempos de cocción. En caso de que lo compréis al peso, pensad en una proporción del doble de agua o caldo que de bulgur, así que como ves es distinta del famoso 3x1 del arroz. La alternativa más sencilla, si no quieres líos matemáticos, es cocerlo como si fuera pasta, con abundante agua salada, y escurrirlo cuando esté listo.
En general, necesita una cocción similar al arroz, pero esto es otra diferencia con el cuscús, que solo debe rehidratarse. Al ser un cereal integral en origen, tarda más en estar listo, de ahí que haya que tenerlo alrededor de 15 minutos cociendo. Pueden ser 12 y también 20; depende del fabricante, del tamaño de los granos, de la cantidad de bulgur y del punto que le quieras dar.
Ideas para incluirlo en la dieta
En cuanto a la forma de incluirlo en tus recetas caseras, el bulgur es interesante como acompañamiento alternativo de platos de carne o pescado. Si quieres variar del arroz o el cuscús, el bulgur es una opción saludable muy interesante.
También lo es como ingrediente principal de sopas y, sobre todo, ensaladas, donde el bulgur como base da muchísimo juego. Pueden ser ensaladas frías con legumbres, hierbas, especies, quesos como el feta, tomate y verduras como el pimiento, por ejemplo. Y también en ensaladas templadas como una hecha a base de calabaza asada, cebolla morada, pasas y salsa de yogur.
Además, es un producto que una vez cocido se puede saltear brevemente al wok y preparar así un plato similar a los tallarines orientales expres que sueles hacerte a menudo para aprovechar las verduras y el pollo que te sobraron de días anteriores pero con un alimento más saludable que los mencionados tallarines.
Por último, si quieres ampliar las opciones para utilizar el bulgur en casa, profundiza en el recetario de cocinas como la libanesa, que lo utilizan a menudo. Dos ejemplos son el tabulé, una receta fría hecha a base de bulgur, cebolletas, perejil, hierbabuena, tomate y limón, y el Kibbeh, una especie de croqueta rellena con carne de cordero y trigo bulgur que te sorprenderá de manera muy positiva.