En la historia del cine ha habido muchos directores que han señalado con su obra a sus intérpretes predilectos. Muchos de estos dúos se han convertido en leyenda, llegando a asociar un nombre con el otro de manera inmediata. Este fue (y seguramente siga siendo) el caso de Pedro Almodóvar y Carmen Maura, dos de las figuras más destacadas de la historia de nuestro cine.
El director y la actriz, conocidos por sus numerosas colaboraciones en los años 80, fueron, durante muchos años, una pareja inseparable. Así lo atestiguan películas como Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), su primer largometraje juntos, o grandes éxitos de la talla de La ley del deseo (1986) o Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988).
Llega el muro
Fue en el rodaje de esta última donde sus desavenencias comenzaron. Según los testimonios de la propia pareja, hubo mal rollo en el rodaje desde un primer momento y la relación entre director y actriz se deterioró.

«Es un rodaje que no me gusta mucho recordar porque es la única vez que pensé en dejar de ser actriz. Pedro me decía a las ocho de la mañana ‘si sigues así te vas a cargar la película’ o ‘que falsa estás’ delante de todo equipo», explicaba Maura en su documental Ay, Carmen (2022), en el que la actriz madrileña hace un repaso de su carrera.
Pues bien, poco después, en la cuarta edición de los Premios Goya, celebrada en marzo de 1990, Carmen Maura fue elegida, junto a Andrés Pajares, para presentar la gala en el Palacio de Congresos de Madrid. Allí, la actriz se encontró con la sorpresa de encontrarse de nuevo a Pedro Almodóvar. Y ni más ni menos que en pleno escenario.
Almodóvar, quien apareció junto a Loles León para presentar una de las categorías, aprovechó el momento para dirigirse a Maura, quien no disimuló la sorpresa del momento. El director manchego no había visto a Maura desde la anterior ceremonia de los Premios Óscar, celebrada un año antes, donde competían por la película que les separó, hecho que no dudó en mencionar delante de todo el auditorio.
Ante la continua sonrisa forzada de Maura, Almodóvar siguió con la palabra hasta llegar al momento cumbre. El director, que había estado en Berlín recientemente, ofreció a Maura un trozo del recientemente derruido muro de la capital alemana, que separaba a la Alemania Occidental de la Soviética.

Lo hizo, según sus propias palabras, «como sugerencia de que si un muro tan espantoso, irracional y tan sólido como aquel ha caído, ese muro que nos separa a ti y a mí también puede caer de un momento a otro». Al entregarle el regalo se fundieron en un corto abrazo, con Maura visiblemente nerviosa.
Reencuentro
A pesar de esos años de distanciamiento, actriz y director volvieron a trabajar juntos prácticamente dos décadas después. Fue en Volver (2006), una de las grandes obras de Almodóvar, donde ambos se reconciliaron a ojos de todos.
De hecho, en la actualidad se profesan una gran admiración. El director elogia como pocos a Maura y en propias palabras de la actriz «Almodóvar ha hecho mucho más que muchos ministros de cultura o de relaciones exteriores o muchos diplomáticos o embajadores. Él es un director diferente, un director de culto, un director muy importante….»