Silvia Abril, actriz 52 años, tiene un gran antídoto para sobrellevar la vida, el humor. Gracias a él, le planta cara a la década de los cincuenta, abraza el paso del tiempo y confiesa que en esta nueva etapa apetece menos el sexo.

La mujer de Andreu Buenafuente no tiene vergüenza a la hora de abordar sin tapujos temas como el sexo en la menopausia y los aspectos menos amables de la maternidad.
Reconoce sin problema que el sexo ya no es como antes y confiesa que la clave para la pareja es "hablarlo desde la confianza y explicarle cómo te sientes y lo que necesitas. Me siento muy afortunada por la pareja que tengo a mi lado" -asegura Silvia en una entrevista publicada en un medio de comunicación diario-.

La actriz habla de ello con toda naturalidad y asegura que se necesita alguna ayuda extra "Oye, ayúdame tío, porque no estoy, y te lo vas a tener que currar más" -dice entre risas con el humor que la caracteriza-. Transparente, imperfecta y optimista, tal y como ella misma se define.
Aunque luego cuando está en el lío, la cómica no se corta al revelar que "soy la que soy siempre, y a por todas". Sin embargo admite que "lo cierto es que la libido baja cuando caen los estrógenos y es un efecto más de este ciclo vital".

La actriz cree que esto debe aceptarse con total normalidad porque a las mujeres no nos pasa nada malo: "no tengo por qué someterme a un tratamiento sustitutorio, no. Hablemos de ello, contando cómo nos sentimos y lo que necesitamos sin miedo a perder al otro". Para ella tener una pareja al lado con la que se puede hablar de todo es importantísimo y ayuda mucho.
Estas características le han permitido no solo aceptar, sino abrazar el paso del tiempo y disfrutar del momento que vive. Acaba de publicar un libro titulado Pérdidas de risa al tiempo que actúa en la obra Esperant a Mr. Bojangles. En TV3 también le hemos visto en un programa de cocina llamado La recepta perduda.

La actriz está muy contenta con el momento profesional que está viviendo: "estoy con dos proyectos maravillosos y que me están regalando mucha satisfacción y alegría. Por fin, las mujeres a esta edad estamos dejando de ser invisibles".
El humor como terapia de vida
Para Silvia el humor funciona como una terapia maravillosa para superar los problemas de la vida, "incluso para mí, -asegura la cómica-, que tengo esta actitud casi innata, de tomarme la vida un poco a risa, me salva en multitud de situaciones cuando el día se tuerce o se pone gris".

«Abrazo el paso del tiempo y las arrugas, y cuando me dejen de llamar lideraré proyectos desde un segundo plano», señala la actriz y presentadora, que asegura estar viviendo su mejor momento a sus 52 años.
Silvia confiesa que no tuvo crisis a los 40 ni a los 50, y que sus modelos son mujeres como Angela Molina y Geraldine Chaplin, capaces de mostrar las arrugas de su piel con total naturalidad.

Gracias a su libro, Perdidas de risa, ha aprendido a mirarse al espejo con humor y decirse: "No. No me voy a hinchar, ni se me va a poner cara de bulldog, ni me voy a pinchar bótox, sino que voy a aceptarme y a quererme tal y como soy. Y voy a ser la nueva Ángela Molina o Geraldine Chaplin, ellas son mi inspiración, me fascinan, con mis arrugas y mis maravillosos años".