Gwyneth Paltrow, la aclamada actriz y empresaria de 51 años, vuelve a la gran pantalla después de una pausa de cinco años, y lo hará nada menos que junto a Timothée Chalamet, una de las jóvenes estrellas más prometedoras de Hollywood. La nueva película, titulada 'Marty Supreme', será dirigida por Josh Safdie, reconocido por su enfoque único y atrevido en el cine contemporáneo. Según rumores, la trama de la película se inspira en la vida de un jugador profesional de ping-pong, prometiendo una narrativa intrigante y fuera de lo común.
Esta producción, escrita por Safdie y Ronald Bronstein, y respaldada por la prestigiosa compañía A24, marca el regreso de Paltrow al cine después de su última aparición en 'Avengers: Endgame' (2019), donde interpretó a Pepper Potts, la fiel compañera de Tony Stark (interpretado por Robert Downey Jr.). A lo largo de 11 años, Paltrow dio vida a este icónico personaje en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), desde su debut en 'Iron Man' en 2008, hasta su despedida en 2019.
Aunque Paltrow disfrutó de su papel en el MCU, la actriz admitió en entrevistas anteriores que había cerrado ese capítulo de su carrera. "Siento que ya estoy un poco mayor para usar un traje de superhéroe", comentó en una entrevista con Harper's Bazaar. "Me siento muy afortunada de haber sido parte de ese universo, gracias a mi amistad con Jon Favreau, director de 'Iron Man'. Fue increíble ser testigo de cómo esta franquicia se convirtió en un fenómeno cultural".

A pesar de su éxito en Hollywood, Paltrow ha dejado claro que su enfoque actual está en su marca de estilo de vida, Goop, y no en la actuación. La ganadora del Oscar por 'Shakespeare in Love' ha expresado que su pasión por la actuación se ha desvanecido con el tiempo. "La actuación me consumía por completo", confesó. "Llegué a un punto en el que incluso las tareas más simples del set, como retocar el maquillaje o esperar en la camioneta, me resultaban agotadoras. No sé si podría volver a soportarlo".
Paltrow también reveló que esta percepción comenzó a tomar forma durante el rodaje de 'Proof' en 2005, cuando estaba embarazada de su hija Apple, fruto de su matrimonio con Chris Martin. "Estaba en el rodaje, embarazada, lidiando con náuseas matutinas y escenas con monólogos interminables, y simplemente pensé: 'No puedo seguir haciendo esto'. Sabía que necesitaba un descanso, y después del nacimiento de mi hija, nunca volví a protagonizar otra película", recordó la actriz.