El repollo, también conocido como col, es un ingrediente económico y versátil que destaca en la cocina por sus múltiples usos y beneficios. Este vegetal pertenece a la familia de las crucíferas. Ofrece una riqueza nutritiva muy interesante. Entre los nutrientes podemos encontrar vitamina C, calcio y antioxidantes. Descubre los mejores trucos para que quede perfecto.
Se ha convertido en un aliado para incluir en un menú semanal para facilitar el trabajo del sistema inmunológico y sentirte vital. Además de ser accesible para todos los bolsillos, el repollo es un vegetal que puede conservarse durante largos periodos si se almacena correctamente. Aquí te mostramos cómo cocer repollo de manera efectiva y algunos trucos para mejorar su sabor y reducir su característico olor.
Repollo: un ingrediente económico y versátil
El repollo, según el Ministerio de Agricultura, es una planta originaria de Europa, aunque su cultivo es a nivel mundial. Este alimento tiene muchos beneficios, tanto en su consumo como en el ahorro que puede suponer comer esta hortaliza en infinitas versiones.

Conservación adecuada del repollo
Una de las ventajas es su larga vida útil desde que lo compramos hasta que lo consumimos. Para maximizar la vida útil del repollo, es esencial conservarlo adecuadamente. La mejor manera de hacerlo es almacenarlo en la nevera, sin cortarlo, y retirando solo las hojas que se necesiten en cada ocasión. Este método no solo ayuda a minimizar la merma, aprovechando al máximo cada capa. Al mantener el repollo entero, se preserva su humedad natural, evitando que se reseque o pierda su textura crujiente.

El repollo es un vegetal que puede durar varias semanas en la nevera si se almacena correctamente. Recuerda envolverlo en una bolsa perforada o en papel de cocina para permitir que respire. Además, al retirar las hojas exteriores, se puede prolongar aún más su vida útil, asegurando que siempre tengas repollo fresco a mano para tus recetas favoritas.
Usos del repollo en la cocina
El repollo es un ingrediente extremadamente versátil que puede ser utilizado en una amplia variedad de recetas. Desde una clásica lasaña de repollo hasta una colorida ensalada de repollo y guisantes, las posibilidades son infinitas. Su sabor neutro permite que se combine bien con otros ingredientes, absorbiendo los sabores y especias con los que se cocina.
Este vegetal es ideal para platos calientes y fríos, lo que lo convierte en un excelente acompañamiento para cualquier estación del año. En invierno, puedes disfrutar de una reconfortante sopa de repollo y farro, mientras que en verano, una ensalada crujiente puede ser la opción perfecta. Además, el repollo puede ser fermentado para hacer chucrut, una preparación rica en probióticos beneficiosos para la salud intestinal.
Métodos de cocción del repollo
Este alimento se puede cocinar de distintas formas. Aquí tienes las más comunes.
Cocción en agua con sal: pasos y tiempo
Cocer el repollo, o la col, en agua con sal es uno de los métodos más tradicionales y sencillos. Para ello, puedes optar por cocer las hojas enteras o cortarlas en trozos más pequeños. La clave está en el tiempo de cocción del repollo: seis minutos son suficientes para obtener un repollo blando pero con una textura agradable. Este método es ideal para quienes buscan una cocción rápida y efectiva.

Para cocer repollo de esta manera, lleva a ebullición una cazuela con agua y añade una pizca de sal. Una vez que el agua esté hirviendo, añade las hojas de repollo y cocina durante el tiempo indicado. Es importante no exceder el tiempo de cocción para evitar que el repollo se vuelva demasiado blando y pierda su textura característica.
El repollo, también llamado col, tiene un tiempo de cocción determinado. El tiempo de cocción ideal en cazuela es de 6 a 8 minutos.
Cocción al vapor: ventajas y técnicas
La cocción al vapor es una técnica que preserva mejor los nutrientes del repollo, ya que no se sumergen en agua. Este método es bueno para quienes buscan mantener el valor nutricional del vegetal. Cocer repollo al vapor es rápido y sencillo, ya que, en apenas cinco minutos, estará listo para ser incorporado a cualquier receta.
Para cocer al vapor, coloca las hojas de repollo en una vaporera sobre una olla con agua hirviendo. Cubre con una tapa y deja que se cocine durante el tiempo indicado. De esta forma, el sabor se mantiene al máximo.
Cocinar el repollo en sopas y guisos
Este producto es un excelente ingrediente para añadir a sopas y guisos. Al cocer repollo en la cazuela junto con otros ingredientes, como en una sopa de repollo y farro, el caldo adquiere un sabor profundo y reconfortante. Esta técnica es ideal para platos de invierno, donde el repollo se convierte en un ingrediente estrella.

Para preparar una sopa de repollo, simplemente añade las hojas al caldo junto con otros vegetales y condimentos. Deja que se cocine a fuego lento para que todos los sabores se integren. El repollo se ablanda durante la cocción en la cazuela.
Otras técnicas de cocción: microondas y olla rápida
Existen más opciones para cocinar el repollo. El microondas y la olla rápida son opciones convenientes para quienes tienen poco tiempo. Cocer repollo en el microondas es fácil y rápido, aunque se debe tener cuidado de no sobrecocerlo para evitar que pierda su textura. En este caso, bastan unos ocho minutos para conseguir un repollo cocido al punto.

Por otro lado, la olla rápida es otra opción eficaz, reduciendo el tiempo de cocción a solo cinco minutos. Este método es ideal para quienes buscan rapidez sin sacrificar sabor. Simplemente coloca el repollo en la olla, añade un poco de agua y sal, y cocina a presión durante el tiempo indicado.
Trucos para mejorar el sabor y reducir el olor
Un inconveniente de esta hortaliza es su característico olor. Por ello, hay trucos que puedes aplicar en casa para minimizar el aroma que desprende en casa.
Evitar olores al cocer el repollo
Añadir una pizca de pimienta al agua de cocción puede ayudar a neutralizar el olor. Otro truco es cubrir la cazuela con un paño limpio antes de colocar la tapa, lo que ayuda a absorber el vapor y reducir el olor.
Además, puedes añadir una rama de apio o una rebanada de pan al agua de cocción. Estos ingredientes ayudan a absorber los compuestos responsables del olor, haciendo que la experiencia de cocinar repollo sea mucho más agradable.
Mejorar el sabor con un salteado
Para potenciar los sabores de esta hortaliza, puedes saltear el repollo después de cocerlo es una excelente manera de mejorar su sabor. Cuando tengas la col cocida, saltéala en una sartén caliente con una nuez de mantequilla o aceite de oliva aporta un sabor extra y una textura crujiente.

Para ello, hierve el repollo durante unos cuatro minutos, escúrrelo bien y saltea en la sartén hasta que adquiera un color dorado. Este método es perfecto para servir el repollo como guarnición o como base para otros platos más elaborados.
Recetas deliciosas con repollo cocido
Aquí tienes algunas de las mejores formas de hacer platos en los que el repollo sea uno de los protagonistas.
Repollo como guarnición
El repollo cocido es una excelente guarnición para sustituir la típica de patatas para una variedad de platos. Su sabor suave y su textura tierna lo convierten en el acompañamiento perfecto para carnes asadas o pescados. Puedes servirlo simplemente cocido o darle un toque extra con un salteado rápido en mantequilla.

Para preparar una guarnición de repollo, simplemente cuece las hojas durante unos minutos, escurre y saltea con un poco de ajo y pimienta. Este sencillo plato realza el sabor del repollo y complementa cualquier comida principal.
Combinaciones clásicas: con lomo salteado y acompañamientos
El repollo cocido es un complemento ideal para platos de carne, como el lomo saltado. Este plato peruano, conocido por su mezcla de sabores intensos, se beneficia del repollo como guarnición, aportando frescura y contraste.

Para preparar esta combinación, cuece el repollo brevemente y saltea junto con el lomo y otros ingredientes como cebolla y pimientos. El resultado es un plato lleno de sabor y texturas que seguro conquistará a todos los comensales.