Todas hemos pecado de querer preparar carnes al horno y que al final, el resultado fuera seco y duro, o quizá todo lo contrario y obtuviéramos un plato semicrudo. Las carnes como el pollo o el pavo son quizá algo más sencillas de cocinar, pero con el vacuno y el cerdo la cosa se complica un poco.
No obstante, todo (o casi todo) es cuestión de práctica y hemos recopilado los pasos estrella que te convertirán en una experta cocinando al horno. ¿Estás preparada para seguir estos sencillos tips? Let’s do this!
Ten en cuenta el grosor de la carne

Cuanto más gruesa sea la carne a preparar, más tiempo necesitará en el horno para cocinarse correctamente. Además, las carnes de gran grosor (como el solomillo, el redondo, el chateaubriand o incluso el secreto ibérico, que también puede prepararse al horno) responden mejor a este método de cocinado. No obstante, si el horno se utiliza bien puede llegar a servirnos para preparar otros cortes más ‘finos’, como los filetes de aguja de ternera.

Este es un paso sencillo pero que marca la diferencia. Preferiblemente en una sartén antiadherente, vertemos un chorrito de aceite de oliva cuando ya esté caliente. Al colocar la carne, ésta debe estar seca y sin rastro alguno de agua en caso de que la hayamos descongelado. Mantenemos al fuego durante máximo 3 minutos por cada lado y retiramos. ¡Ya lo tenemos todo ready para pasar al horno!

O en su defecto y si lo prefieres, puedes utilizar caldo. Si optas por este elemento, el sabor será mucho más intenso. Sea cual sea tu elección, procura verter dos dedos de líquido en la fuente que vayas a utilizar para que la carne no se seque.
Durante el tiempo que la carne esté en el horno, conviene estar pendiente de que la fuente no llegue a secarse en ningún momento. Otra opción es colocar una bandeja con agua en la parte inferior del horno para que aporte humedad.

Las altas temperaturas pueden jugar en nuestra contra. ¿El motivo? Las fibras de la carne se contraen, haciendo que se sequen y queden más duras. Como problema añadido, si ponemos el horno a toda potencia el exterior de nuestra carne puede quemarse, quedándose el interior crudo.
Evita cocinar a más de 200º. Sí, con esta opción podremos tener nuestro plato listo en aproximadamente 45 minutos, pero es más aconsejable cocinar a menor potencia (a unos 120 o 140º) y por más tiempo para que la carne adquiera más sabor, esté más jugosa y tome ese ansiado tono rosado. Además, cuando se cocina ‘con prisa’ al horno, el resultado suele ser más aceitoso.

Al sacar la carne del horno y si deseamos darle un toque de ternura extra, podemos dejarla reposar durante 15 minutos envuelta en papel de aluminio. Esto servirá para que la temperatura sea homogénea tanto en el interior como en el exterior de la carne. Resultado: un plato para enamorar.