Las personas demasiado autoexigentes cuentan con un nivel de estrés y de ansiedad permanente, que puede dar lugar a problemas de salud tanto física como mental.
Para ellas la perfección es el ideal que tienen que alcanzar, sufriendo cada vez que no lo consiguen y autoexigiéndose más esfuerzo y más horas de trabajo. Todo esto crea un malestar muy significativo que puede perjudicar a todos los aspectos de su vida como a su familia, a su pareja o a su trabajo.
Por este motivo, aquí tienes 7 claves que te ayudarán a combatir la autoexigencia . De esta forma podrás alcanzar tus metas , pero te sentirás más tranquila y en armonía con tu vida.
1. Evalúa tus objetivos
Realiza una evaluación realista de las metas que quieres conseguir. Esto quiere decir que estipules el tiempo que te puede llevar un proyecto y si realmente puedes alcanzarlo.
Con el fin de ayudarte, puedes establecer pasos intermedios y posibles fechas para llevarlos a cabo. Es conveniente que el plazo temporal sea más amplio al que estás pensando ahora mismo, ya que seguramente, te aparezca más de un imprevisto.
2. Practica la conciencia plena (Mindfulness)
La conciencia plena implica prestar atención al presente sin juzgar. Observa tus pensamientos y emociones sin crítica. Al practicar la atención plena, aprendes a reconocer la autoexigencia y a redirigir esos pensamientos hacia una perspectiva más compasiva.
3. Practica la autocompasión
La autocompasión implica tratarte con amabilidad en momentos de dificultad. En lugar de criticarte, háblate a ti mismo con palabras de aliento y comprensión. Reconoce que todos cometemos errores y enfrentamos desafíos.
4. Establece límites saludables
Aprende a decir no cuando sea necesario y establece límites que respeten tus necesidades emocionales y físicas. Establecer límites saludables te permite priorizar tu bienestar sin sentirte constantemente abrumado por las expectativas externas.
5. Celebra tus logros, grandes y pequeños
Celebra tus éxitos, independientemente de su tamaño. Ya sea completar una tarea en el trabajo o simplemente tomarte un momento de descanso merecido, reconoce y celebra tus logros cotidianos.
6. Aprende a delegar y pedir ayuda
Aceptar que no puedes hacer todo solo no es una debilidad, sino un acto de sabiduría. Delegar tareas y pedir ayuda cuando sea necesario no solo aligera tu carga, sino que también fortalece tu red de apoyo.
7. Práctica el autocuidado regularmente
El autocuidado es esencial para romper con la autoexigencia. Dedica tiempo regularmente para actividades que te brinden alegría y relajación. Ya sea un paseo en la naturaleza, la lectura de un buen libro o la práctica de la meditación, el autocuidado es vital para mantener un equilibrio saludable.
Dejar de ser autoexigente no es un cambio repentino, sino un viaje continuo hacia la autocompasión. Incorporar estas claves en tu vida diaria te permitirá cultivar una relación más saludable contigo mismo, liberándote de las expectativas inalcanzables. Recuerda, eres humano, y mereces tratarte con la misma amabilidad y compasión que brindarías a un ser querido.
A partir de ahora ten en cuenta que existen agentes externos que escapan a tu control. Pueden surgirte más proyectos, más tareas, incluso puede aparecer una emergencia en tu entorno. No podemos controlar todo lo que nos rodea.
No solo cometes errores tú, también los realizamos el resto de personas. Deja de dramatizar por cómo ha salido un proyecto, o situación, y ponte las pilas para cambiarlo. Además equivocarse es uno de los aprendizajes más interesantes, ninguna persona de éxito ha podido alzar su imperio, sin tropezar unas cuantas veces.
Si eres una persona exigente con tu trabajo, con tu vida sentimental o con tu economía, ¡tómate un respiro!, seguramente te estés asfixiando a ti misma y a quiénes te rodean.
Planifica un fin de semana libre, sin compromisos, sin ataduras. Libera tu espíritu y déjate llevar sin tener que seguir una agenda o un horario programado.
Uno de los mayores problemas en las personas autoexigentes es que acaparan todos los proyectos o eventos. Creen que pueden con todo, pero lo cierto es que nuestro organismo llega un punto que nos dice que debemos descansar.
Es tan perjudicial realizar trabajo en exceso como no hacer nada, así que intenta mantener un equilibrio.
Todos sabemos que los resultados son muy importantes, pero el proceso también lo es. Es fundamental que le prestes toda la atención que sea posible y que no fuerces la situación. Las cosas tienen la importancia que quieras darles, por lo que todo depende de cómo tú sepas gestionarlas en tu interior.