¿Cansada de tus pensamientos? Aprende a callar tu mente

La meditación es una buena forma de equilibrar nuestra mente

No podemos evitar pensar en todo lo que nos rodea. Y es que nuestra mente está en pleno funcionamiento desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, irremediablemente.

En muchas ocasiones, el vaivén de pensamientos puede ser perjudicial para nuestra salud, porque nos provoca estrés, preocupaciones y ansiedad.

Por ello, es recomendable que aprendamos a callar nuestra mente, convirtiendo en positivos esos pensamientos que nos están atormentando

Como bien afirma Liliana Traiber, trabajadora en el Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO, “preocuparse de manera excesiva termina no siendo útil, ya que la persona que vive gran parte de su tiempo preocupándose piensa que así va a solucionar los problemas, cuando en gran medida los problemas concretos se solucionan de una manera más sencilla: haciendo y resolviendo desde las acciones”.

Mujer con dolor de cuello por estrés

Para conseguir un equilibrio y estar más tranquilas, tenemos que aprender a enfocar los problemas, dándoles la importancia que verdaderamente tienen. Por ello, lo trascendental es intentar resolverlos y no inquietarnos cuando no lo logramos de inmediato.

Según Traiber, “tolerar la incertidumbre significa poder reconocer que no hay certezas en la vida, que los eventos no se pueden predecir, y que muchas cosas (eventos, reacciones de los demás…) no están bajo nuestro control”.

Por ello, es importante dedicar un momento del día a meditar, escogiendo un lugar silencioso para poner en blanco nuestra mente. Además, es importante mantener una postura correcta y una respiración constante. Así, aprenderemos a aceptar nuestros problemas y enfocarlos de manera positiva.

Haz este ejercicio para intentar evadirte unos minutos

Encuentra un lugar tranquilo y siéntate cómodamente en una posición erguida con la espalda recta, pero relajada. Cierra suavemente los ojos y lleva tu atención a tu respiración. 

Mujer meditando al aire libre

Observa cómo entra y sale el aire de tu cuerpo, sintiendo el flujo natural de la respiración. No intentes controlarla, simplemente obsérvala. Si tu mente se dispersa con pensamientos, reconócelos gentilmente y luego vuelve tu atención a la respiración. 

Continúa así durante unos minutos, sintiendo cada inhalación y exhalación. Al finalizar, lleva tu atención a todo tu cuerpo, notando cualquier sensación o tensión, y permítete relajarte profundamente. 

Finalmente, abre suavemente los ojos y lleva esta sensación de calma y atención plena contigo a lo largo del día.

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