La uva no es una fruta que esté de temporada a finales de diciembre aunque se llenen los supermercados de ellas. De origen nacional solo hay una uva, la embolsada del Vinalopó, única del mundo que se cultiva con esta técnica que cuenta con Denominación de Origen Protegida, que si se consume en esta época del año.
Pero la Nochevieja no sería lo mismo sin uvas, así que los supermercados se llenan de uvas por Navidad y una vez acaban las fiestas estas frutas se acumulan en el fondo de los frigoríficos. No entran por los ojos tanto como otras; por ejemplo, sin ir más lejos, la naranja, que está a pleno rendimiento en el comienzo del invierno.
Seguro que, este año u otro anterior, te has preguntado qué puedes hacer con estas uvas que te sobran y que no te apetece comerte “a palo seco”. Simplemente no las disfrutas así. Pues bien, ya es hora de que sepas la versatilidad que tiene esta fruta en la cocina.
Seguramente no te apetece preparar uno de los platos más ricos y conocidos de la cocina manchega y extremeña, las migas, donde las uvas juegan un papel decisivo para refrescar y restar grasa al conjunto. Pero no te preocupes porque hay soluciones más sencillas y tan apetecibles como unas migas para que las uvas no se arruguen y tengas que tirarlas por no haberlas aprovechado a tiempo. A continuación te damos hasta cinco alternativas diferentes.
En tablas de queso
En realidad, en cualquier aperitivo donde el queso sea protagonista la uva es la pareja de baile ideal. Crudas, ya sean blancas o moradas, acompañan a los quesos como ningún otro ingrediente, ni siquiera las nueces pueden igualarlo (en nuestra humilde opinión).
Podéis preparar ensaladas originales y ligeras para aprovechar las uvas. Estas aportarán un punto fresco y crujiente que suma mucho al conjunto. Las bases de hoja verde, que no sean lechuga, o el cuscús, por ejemplo, funcionan de maravilla con esta fruta. También hierbas como el hinojo y otras frutas como la pera o la manzana. Además, no descartes asarlas e incluirlas así en ensaladas como alternativa a las pasas, por ejemplo.
Esta es una de las maneras más sencillas y que mejor funcionan para aprovechar unas uvas que sobran. Naranja, mandarina, piña, kiwi… rodearlas de aquellas frutas que podéis encontrar en esta época en el supermercado y bañarlas todas con zumo de naranja. Si podéis, pelar las uvas porque en boca será más gustosa la sensación.
Con uvas, si os gusta el dulce más que el salado, podéis preparar una mermelada casera para chuparos los dedos. Simplemente untándola en un buen pan o acompañando a un queso potente en formato canapé ya disfrutaréis de esta elaboración dulce. Pero también podéis añadirla a postres como, por ejemplo, una tarta de queso, y escapar así de las tradicionales confituras de frutos rojos.
La salsa de uvas es un acompañamiento ideal para los platos de carne de cerdo o vaca. Pochar bien unas chalotas o cebolla picada fina, añadir las uvas, caldo al gusto, de carne o de verduras, y si queréis antes un chorrito de vino tinto. Probar con la combinación que queráis de hierbas aromáticas y reducirla bien antes de rematarla.