Si eres de las que le gusta siempre añadir un toquecito picante a sus comidas, seguro que alguna vez “te has venido arriba” con el picante y al probar la comida te has dado cuenta de que te has pasado. Este error es más común de lo que parece y puede ser un problema, ya que no todas las personas toleran el picante y, en exceso, puede llegar a arruinar el equilibrio de sabores de una receta. Ya sea con pimienta, chiles o especias, medir bien su uso es clave para disfrutar del toque justo sin que el picante domine el plato.
Aunque ya te contamos los beneficios de la comida picante que seguro desconocías, seguro que hay ocasiones en las que te has pasado y necesitas suavizar ese exceso en alguna receta. Y es que existen varios trucos que pueden ayudarte a equilibrar los sabores y rescatar tu comida. Desde añadir ingredientes lácteos hasta diluir el plato con más cantidad de la base original. Son soluciones simples y efectivas que puedes aplicar. Así que, ¡toma nota y prepárate para disfrutar de tus comidas sin temer al picante!
Trucos efectivos para reducir el picante en tus recetas

Productos lácteos: leche, yogur y queso
Los productos lácteos son un recurso excelente para neutralizar el picante en las comidas. La caseína, una proteína presente en la leche y sus derivados, actúa directamente sobre la capsaicina, que es el compuesto responsable del picor en los pimientos picantes. Incorporar un poco de leche a un guiso o una cucharada de yogur a una salsa puede suavizar el efecto picante de manera significativa. El queso cremoso y la nata también son opciones viables, especialmente si buscas mantener la textura cremosa del plato sin alterar demasiado su sabor original.
Es importante elegir el tipo de lácteo según el plato que estés preparando. Por ejemplo, el yogur es ideal para recetas de inspiración asiática o india, donde un toque de cremosidad complementa los sabores especiados. La leche, por otro lado, puede ser más adecuada para guisos o sopas. Si estás preparando una salsa, un poco de queso rallado puede fundirse perfectamente, reduciendo el picante mientras aporta un sabor delicioso.
No olvides que la cantidad de lácteo a añadir dependerá del nivel de picante que desees reducir. Comienza con pequeñas cantidades y ajusta según tu gusto personal. Este método no solo es efectivo, sino que también es una forma sencilla de enriquecer tus platos con nutrientes adicionales.
Crema de cacahuete: un aliado inesperado

La crema de cacahuete puede parecer un ingrediente peculiar para reducir el picante, pero su alto contenido en grasas la convierte en un aliado eficaz. Las grasas presentes en los frutos secos, como el cacahuete, ayudan a dispersar la capsaicina, disminuyendo así la sensación de ardor en el paladar. Este truco es especialmente útil en recetas de cocina asiática, donde la crema de cacahuete puede complementar los sabores de manera armoniosa.
Sin embargo, es crucial tener en cuenta el perfil de sabor de la crema de cacahuete, ya que no se adapta a todos los platos. Su sabor y su textura cremosa funcionan bien en curries y salsas de inspiración oriental. Si buscas una alternativa, considera otros frutos secos como las almendras o los anacardos, que también contienen grasas que pueden mitigar el picante.
Para integrar la crema de cacahuete en tus recetas, añade una cucharada y mezcla bien. Prueba y ajusta según sea necesario, recordando que un exceso puede alterar el sabor original del plato. Este método no solo reduce el picante, sino que también añade una rica dimensión de sabor y textura.
Cítricos para equilibrar: el poder del limón

Los cítricos, especialmente el limón, son una solución natural para equilibrar el picante en tus recetas. La acidez del limón contrarresta el picor, ofreciendo un alivio inmediato al paladar. Este método es particularmente efectivo en salsas y aliños, donde unas gotas de jugo de limón pueden transformar el perfil de sabor del plato.
Además del limón, otros cítricos como la lima o el pomelo pueden ser utilizados para este propósito. La clave está en añadir el jugo gradualmente, probando el plato después de cada adición para evitar que el sabor ácido domine. Si lo prefieres, puedes complementar con un toque de azúcar o miel para suavizar aún más el efecto del picante.
Este truco no solo reduce el picante, sino que también aporta frescura y un toque vibrante a tus preparaciones. Es ideal para recetas que ya contienen ingredientes ácidos, como el tomate, ya que el limón puede realzar estos sabores sin sobrecargarlos.
Patatas: absorbiendo el picante en guisos

Las patatas son un ingrediente versátil que puede ayudar a absorber el exceso de picante en guisos y sopas. Al cocinarlas junto con el plato, las patatas actúan como esponjas, absorbiendo parte de los líquidos y, con ellos, el picante. Este método es especialmente útil en guisos donde el líquido es abundante y el picante se ha descontrolado.
Para aplicar este truco, simplemente pela y corta unas patatas en trozos grandes y añádelas al guiso. Cocina a fuego lento, permitiendo que las patatas absorban los sabores. Una vez que estén cocidas, puedes retirarlas o dejarlas como parte del plato, dependiendo de tus preferencias.
Este método no solo es efectivo, sino que también es una manera de enriquecer tu guiso con carbohidratos, haciendo el plato más sustancioso. Además, las patatas no alteran significativamente el sabor del guiso, manteniendo la esencia original de la receta.
Frutas: manzana rallada para suavizar el picor

La manzana rallada es una opción efectiva y natural para reducir el picante en tus recetas. Su contenido en azúcares naturales y su textura jugosa ayudan a suavizar el picor, especialmente en guisos y salsas. La manzana no solo aporta dulzura, sino también una frescura que puede equilibrar los sabores intensos del picante.
Para utilizar este truco, simplemente ralla una manzana y añádela al plato mientras se cocina. La manzana se integrará fácilmente, aportando su dulzura sin dominar el sabor. Este método es especialmente útil en recetas que ya contienen otros ingredientes dulces o frutales.
Además de la manzana, otras frutas como la pera o el plátano pueden ser utilizadas de manera similar. La clave está en elegir una fruta que complemente el perfil de sabor de tu receta, asegurando así que el resultado final sea equilibrado y delicioso.
Frutos secos: almendras y su efecto moderador

Los frutos secos, como las almendras, son otra opción eficaz para moderar el picante en tus platos. Al igual que la crema de cacahuete, las almendras contienen grasas que ayudan a dispersar la capsaicina, reduciendo así la sensación de picor. Este truco es particularmente útil en platos de inspiración asiática o india, donde los frutos secos pueden complementar los sabores especiados.
Para aplicar este método, puedes añadir almendras machacadas al guiso o salsa. Las almendras no solo ayudan a moderar el picante, sino que también aportan una textura crujiente y un sabor rico. Si prefieres, puedes utilizar otros frutos secos, como los anacardos o las nueces, que ofrecen beneficios similares.
Es importante ajustar la cantidad de frutos secos según el nivel de picante que desees reducir. Comienza con pequeñas cantidades y ajusta al gusto, asegurándote de que los frutos secos no dominen el sabor del plato.
Verduras y hortalizas ricas en azúcares: zanahorias y más

Las verduras y hortalizas ricas en azúcares, como las zanahorias y los boniatos, son excelentes para reducir el picante en tus recetas. Su dulzura natural ayuda a equilibrar el picor, haciendo que el plato sea más agradable al paladar. Estos ingredientes son especialmente útiles en guisos y sopas, donde pueden integrarse fácilmente.
Para utilizar este truco, corta las zanahorias o boniatos en trozos y añádelos al plato mientras se cocina. Las verduras absorberán parte del líquido y el picante, suavizando el sabor general. Este método no solo es efectivo, sino que también enriquece el plato con nutrientes adicionales.
Además de las zanahorias y los boniatos, otras verduras como la calabaza o el maíz pueden ser utilizadas de manera similar. La clave está en elegir ingredientes que complementen el perfil de sabor de tu receta, asegurando así un resultado equilibrado y delicioso.
Salsa de tomate: cómo añadir tomate y azúcar para corregir

Cuando una salsa de tomate resulta demasiado picante, añadir más tomate y un poco de azúcar puede ser la solución perfecta. El tomate adicional diluye el picante, mientras que el azúcar equilibra el sabor, reduciendo la intensidad del picor. Este método es sencillo y efectivo, especialmente en salsas para pasta o pizza.
Para aplicar este truco, añade más tomate triturado o en puré a la salsa y mezcla bien. A continuación, incorpora una pequeña cantidad de azúcar, probando el sabor después de cada adición para evitar que la salsa se vuelva demasiado dulce. Este enfoque no solo reduce el picante, sino que también realza el sabor del tomate, haciendo que la salsa sea más rica y sabrosa.
Además del azúcar, puedes considerar la miel como alternativa, ya que aporta un toque de dulzura sin alterar demasiado el perfil de sabor. Este método es ideal para salsas que ya contienen ingredientes dulces o frutales, asegurando un equilibrio perfecto en el plato final.
Consejos adicionales para manejar el picante en la cocina

Moderación desde el principio: controlando la cantidad de picante
La moderación es clave cuando se trata de añadir picante a tus recetas. Es más fácil aumentar gradualmente el nivel de picante que intentar reducirlo una vez que se ha excedido. Comienza siempre con pequeñas cantidades de ingredientes picantes, como la cayena o los chiles, y prueba el plato a medida que cocinas. Esto te permitirá ajustar el nivel de picante al gusto personal y evitar sorpresas desagradables.
Además, considera la sensibilidad al picante de tus comensales. Lo que para ti puede ser un toque de sabor, para otros puede resultar excesivo. Tener en cuenta las preferencias de quienes compartirán la comida es fundamental para lograr un plato equilibrado. Si no estás seguro de la cantidad de picante adecuada, opta por servirlo aparte, permitiendo que cada persona lo añada a su gusto.
Por último, recuerda que el picante no debe ser el único protagonista del plato. Busca siempre un equilibrio de sabores, donde el picante complemente y realce los demás ingredientes sin dominarlos. Este enfoque te ayudará a crear platos más sabrosos y agradables para todos. En este sentido, nosotros ya os dejamos 17 comidas picantes para los amantes de los sabores exóticos.
Cómo rebajar el picante de un guiso

Rebajar el picante de un guiso puede parecer un desafío, pero hay varias estrategias efectivas para lograrlo. Una de las más comunes es añadir ingredientes que absorban el picante, como las patatas o las zanahorias (como ya hemos explicado). Estas verduras no solo reducen el picor, sino que también enriquecen el guiso con su sabor y textura.
Otra técnica útil es diluir el guiso con caldo o agua. Esto disminuye la concentración de picante, haciendo que el sabor sea más suave. Asegúrate de ajustar también los condimentos para mantener el equilibrio de sabores en el plato. Si el guiso aún está demasiado picante, considera añadir una cucharada de crema o yogur para neutralizar el picor.
Finalmente, si el guiso contiene una salsa, puedes corregirla añadiendo más tomate y un poco de azúcar, otro truco explicado anteriormente. Este método no solo reduce el picante, sino que también realza el sabor del guiso, haciendo que sea más apetecible. Con estos trucos, podrás disfrutar de tus guisos favoritos sin preocuparte por el exceso de picante.
Cómo bajar el picante de las lentejas

Las lentejas son un plato nutritivo y versátil que puede resultar demasiado picante si no se controla adecuadamente la cantidad de especias. De nuevo, para rebajar el picante en las lentejas, una opción eficaz es añadir ingredientes que absorban el picor, como las patatas o las zanahorias.
Otra estrategia es diluir el guiso de lentejas con caldo de verduras o agua. Esto disminuye la concentración de picante, haciendo que el plato sea más suave y agradable al paladar. Asegúrate de ajustar los condimentos para mantener el equilibrio de sabores en el plato. Si las lentejas aún están demasiado picantes, considera añadir una cucharada de yogur o crema para neutralizar el picor.
Finalmente, como hemos anticipado, si las lentejas contienen una salsa, puedes corregirla añadiendo más tomate y un poco de azúcar. Estos trucos son efectivos y nos ayudarán a rectificar nuestra comida sin tener que tirarla, que esa siempre debe ser la última opción, ya que hay trucos de cocina para arreglar casi cualquier “estropicio”. No obstante, si lo que queremos es no pasarnos con el picante, la mejor recomendación es bastante obvia: moderación al añadir cayena, pimienta, guindilla o cualquier pimiento picante.