Okra: qué es y cómo usarla en la cocina

Aunque en Europa es prácticamente una desconocida, esta planta se consume mucho en África y Oriente Medio. Te contamos cuales son sus propiedades nutricionales y cómo sacarle partido en tus recetas.
Okra

La okra o quimbombó es una hortaliza típica en África y diversos países de América, Oriente Medio y Asia. Aunque su aspecto se asemeja al de un pimiento verde, en lo que al sabor se refiere no tienen nada que ver, pues realmente recuerda más al de la berenjena. Además de sus múltiples usos en la cocina, este vegetal también tiene mucho que aportar a nuestra salud.

Esta hortaliza se presenta en vainas verdes y contiene unas semillas en su interior, responsables de su característica textura viscosa que a muchos puede desagradar. Sin embargo, son precisamente estas las que le aportan el sabor y gran parte de sus beneficios, siendo un alimento lleno de nutrientes que sin duda conviene conocer. Además de su aporte de proteínas vegetales, la okra cuenta con un alto número de vitaminas en su composición, siendo la vitamina C una de las más presentes en ella. ¿Sabías que contiene un 36% de la cantidad diaria recomendada de dicho nutriente? También es una buena fuente de vitaminas B, como la B6 (piridoxina), un nutriente que ayuda en el metabolismo de las grasas, carbohidratos y aminoácidos, además de ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre.

Los altos niveles de vitamina A y flavonoides como beta-carotenos presentes en la okra la convierten en una verdura perfecta para cuidar la salud de la piel y de la vista. La okra también constituye una buena fuente de vitamina K y folato, siendo la primera vitamina muy beneficiosa a la hora de regular la función coagulante de la sangre, mientras que el segundo es clave durante el embarazo, pues ayuda al correcto desarrollo del bebé. Si a eso le sumamos su alto contenido en fibra, ideal para reducir los niveles de azúcar en sangre (entre otros beneficios), obtenemos una hortaliza de lo más saludable que conviene tener en cuenta. Como la mayoría de las hortalizas, la okra es baja en calorías. Para que te hagas una idea, 100 gramos de productos aportan 30 calorías y nada de grasas saturadas ni colesterol. 

Pero la cosa no acaba aquí, también es rica en antioxidantes, potasio, calcio, magnesio y manganeso. Como ves, se trata de una hortaliza llena de nutrientes muy beneficiosos, por lo que si la ves en el mercado, no dudes en probarla. Te desvelamos algunos de sus usos culinarios para que le saques el máximo partido. En definitiva, la okra tiene abundantes beneficios (ayuda a regular el azúcar en sangre, favorece la digestión, beneficiosa para el corazón…), aunque en exceso puede interferir con algunos fármacos y limitar la absorción de determinados nutrientes.

Cómo usar la okra en la cocina

En la cocina asiática, la okra es un ingrediente muy apreciado por su capacidad para espesar sopas y caldos gracias a la sustancia mucilaginosa que guarda en su interior. Una de las mejores maneras de apreciar todo su sabor es cocida (entre 5 y 15 minutos dependiendo del tamaño) con un chorrito de aceite y un poco de sal. También puedes disfrutarla al horno o grill. Ponlas enteras o cortadas por la mitad a lo largo con un poco de sal y aceite de oliva, y ásalas durante 30 o 40 minutos a 180º hasta que esté bien dorada. Cuando esté lista, la puedes comer por sí sola o cortar y utilizar para salteados, por ejemplo.

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