El bambú es fácil de encontrar en floristerías, viveros e hipermercados. Cuando vayas a comprarlo, elige un ejemplar que cuente ya con algunas raíces de color claro y dos o tres brotes que se noten sanos. Comprueba que tiene el tronco verde (recházalo si está amarillento) y que no presenta daños ni signos de podredumbre. Ponlo en un recipiente con poca agua (entre 2 y 5 centímetros, según como sea) y renuévala cada 2 semanas.

¿Agua o tierra?
El bambú de la suerte suele colocarse en agua y con piedras, sin sustrato, pero aunque puede durar bastante tiempo en estas condiciones, no es lo apropiado. Con el tiempo, es necesario plantarlo en una maceta con tierra para que desarrolle nuevas raíces y se nutra correctamente. Las raíces en agua tienden a ennegrecerse y pudrirse.
Lo ideal es que la temperatura permanezca entre 18 y 24º aunque soporta bien hasta 30º. El recipiente debe tener agua para cubrir las raíces pero no mucho más: el exceso hace que se pudra el tallo. Se adapta a ambientes luminosos y también sombríos. Conviene añadir al agua un poquito de fertilizante una vez al mes.
En los países asiáticos es costumbre regalar varas de este lucky bamboo (bambú de la suerte) cuando comienza el año chino, al emprender un negocio o estrenar una casa, para que atraiga la fortuna, reine el optimismo y la serenidad, y para que absorba todo lo negativo. Debe ser regalado y siempre en número impar. Recomiendan no colocar nunca un manojo con 4 porque atrae energía negativa.
Existen distintas maneras, todas son sencillas pero todas requieren paciencia. Por ejemplo, utilizando un tutor: cuando el tallo aún es tierno se coloca junto a un tutor grueso y se sujeta con alambre fino dándole desde el principio la forma en espiral. Si el tallo es tierno y se abona crece muy rápidamente, así que a medida que sea más largo se debe ir atando con el alambre hasta conseguir la forma que se quiera.