Las producciones turcas han encontrado en las plataformas un escaparate perfecto. Ya son varias las serie otomanas que encabezan la lista de contenidos más vistos de Netflix. Un ejemplo claro es El Sastre o Hakan, el protector. Sin embargo, desde hace unos días para acá, hay una película turca que se ha colado en al Top 10 de Netflix y lo cierto es que no está dejando indiferente a nadie.
El filme, titulado en su idioma original Romantik Hirsiz, nos habla de Alin, una agente de la Unidad de Crímenes de Arte de la Interpol, que debe atrapar a un conocido ladrón que roba cuadros en varios museos de todo el mundo desde hace unos meses. Cuando por fin la chica descubre el lugar donde el ladrón va a realizar su siguiente atraco y decide ir a por él, la sorpresa será mayúscula al ver que es Güney (Birkan Sokullu), su exnovio a quien debe atrapar.
Alin nunca superó ese gran amor, después de que su entonces novio se escapase cuando estaban a punto de contraer matrimonio. Sin embargo, intenta superar ese trauma del pasado y decide vengarse de ese hombre que le destrozó la vida. Así es como planea pillarlo cometiendo un robo y acabar con él.
Mientras intenta atrapar a su ex, Alin se enfrentará a un sinfín de contratiempos, como la atracción que su compañero Ozan (Ushan Çakir) siente por ella desde hace años o los desprecios de su jefe, un comisario entrado en años que se niega a creer que el millonario Güney sea el ladrón que buscan. La cinta está dirigida por Recai Karagöz y escrita por Pelin Karamehmetoglu
Seguro que el nombre de Birkan Sokullu te cuenta. Y no es para menos, pues este actor fue el encargado de dar vida a Han en Inocentes, ficción que se transmitió con buena acogida en nuestro país a través de Antena 3. Esta historia de acción, aventura, intriga y romance, está protagonizada, además de por Birkan Sokullu, por Esra Bilgiç (como Alin), Ushan Çakir (como Ozan, su compañero y amigo, que está enamorado de ella) y Fırat Tanış. En esta ocasión, a diferencia de Inocentes, Birkan nos sorprende con un cambio de look, menos melena, barba y bigote, y una imagen más clásica y formal
