En los anteriores episodios de La Promesa, la mejoría de Curro coincidió con la noticia que conmociona a todo el palacio: la muerte de Feliciano. Al mismo tiempo, Cruz le pidió a Pelayo que acelerase la boda con Catalina, pues quería verla fuera del palacio cuanto antes.
En el capítulo de esta tarde, Manuel, consciente de la distancia que impone Jana cuando intenta consolarla, le pregunta directamente si está enamorada de Abel. Algo que saca de quicio a la doncella. Por si esto fuera poco, cuando parecía que por fin estaba fuera de peligro, Curro sufre una recaída.
Jana se molesta con Manuel por haberle preguntado qué sentimientos alberga por Abel, lo último que esperaba era un ataque de celos después de la difícil situación que atraviesa La Promesa. Cree que no es el momento para hablar sobre su frustrado romance, ya que hay situaciones más importantes que atender. El hombre se siente absolutamente desolado y tomará una decisión que hará que Cruz ponga el grito en el cielo.
La salud de Curro mejora, a pesar de las fiebres. Esto alegra a Martina, que se aferra a una pequeña esperanza de salvación. Mientras tanto, Pelayo y Catalina le visitan y le anuncian su próxima boda. Por su parte, Alonso y Manuel vuelven a la zona donde se produjeron los disparos intentando averiguar qué fue lo que pasó, porque a todas luces fue algo intencionado. Necesitan saber quién está detrás del atentado que casi se lleva a Curro por delante y que ha sesgado la vida de Feliciano de raíz.
En las cocinas, Simona se pone al día con su hija Virtudes, pero se da cuenta de que tanto ella como Candela parecen eludir hablar de su hijo Antoñito. La cocinera quiere saber qué es lo que ha pasado con su vástago y por qué hay tanto secretismo alrededor del asunto.
Petra y Teresa acompañan a los restos de Feliciano camino de su pueblo donde será enterrado. Cruz, ahora que sabe el vínculo que unía a su doncella y a Feliciano, baja a las dependencias del servicio con instrucciones muy claras al respecto.
