Preparad pañuelos amantes telenoveleros, porque se viene un mar de lágrimas. Si la semana pasada ya nos pusimos sentimentales cuando Malena llamó "mamá" a Lola, en el capítulo de hoy de Amar es para siempre, decimos adiós a uno de los vecinos más ilustres de la Plaza de los Frutos. Su familia y amigos lloran amargamente su inesperada pérdida.
Se trata, nada más y nada menos de Federico Quevedo. El patriarca de la última familia en llegar al barrio muere después de que su esposa decidiese acelerar un poco su enfermedad. Y no es de extrañar. Desde el primer capítulo, Elena le tenía bastantes ganas a su marido.

Al amanecer, la muerte de Federico impacta en los Quevedo y en los Gómez. Ninguna de los familias puede creer que, de un día para otro, el hombre haya muerto. Todos tenían esperanzas de que se recuperase. «Mi padre no se merecía esto», le dice un afligido Román a Lola.
Por otro lado, Daniel Falcón piensa reclamar su derecho a formar parte de la vida de su hijo. La presencia del hombre echa por tierra los planes de Quintero y Silvia de formar una vida junto con el pequeño retoño que viene en camino. «No voy a dejar que ese tipo arruine nuestros planes», le dice Quintero a su amada.
Isidro busca que Felipe Soria tire de la manta, pero no lo consigue. La declaración del hombre es esencial para llegar al fondo de los negocios turbios de Crespo. Isidro es consciente de que deberá sacar la artillería pesada si quiere hacer que Soria cante como un pajarito. Pero no lo tendrá tan fácil como él imaginaba.
Por otra parte, Carlos y Gala sienten vértigo ante el futuro, pero se lo ocultan entre ellos. Ambos habían dado por muerta su relación, cuando Carlos fue sentenciado a cumplir su condena en una prisión militar. Ahora que está fuera, deben conversar sobre qué quieren hacer con su vida ¿Serán capaces de superar este complicado momento juntos?

Y es que, por si esto fuera poco, también tenemos en un estado de ánimo algo difícil a Manolita, quien padece la derrota de Benigna en las elecciones y vuelve a sospechar de sus sentimientos hacia Peñalara, segura de que su amiga está enamorada del empresario.
La esposa de Marcelino está segura de que su querida Beni siente más por Peñalara de lo que quiere admitir, pero es que Benigna es tan orgullosa que será muy complicado que termine reconociendo su amor por el empresario.

En otra parte del barrio, Crespo y Elena vuelven a acercarse tras la muerte de Federico. Ahora que se ha librado de su esposo, Elena no tiene remordimientos en retomar su amistad con su eterno amante. Veremos si Crespo tiene o no las mismas intenciones que ella. Además, Silvia advierte a Lola de que no es conveniente que Malena se marche con ella.
Los Quevedo y los Crespo acuden al entierro de Federico, al mismo tiempo que Elena intenta infructuosamente normalizar su relación con Román. Y Lola teme por el bienestar de Malena si continúa con los Quevedo, dudas que Román comparte con Victoria.