El método de dos neurólogos para mantener nítida la memoria con el envejecimiento
Este es el método de cuatro pasos del neurólogo Andrew Budson y la neurocientífica Elizabeth Kensinger para poder cuidar nuestra memoria a medida que envejecemos.
La memoria, sobre todo su pérdida, es una de las cuestiones que más interés generan en la opinión pública en materia sanitaria. En consecuencia, también es una de las materias más investigadas y estudiadas por la comunidad científica, que sigue intentando esclarecer las numerosas dudas y retos que la memoria nos plantea como especie. Recientemente se ha publicado el libro Por qué olvidamos y cómo recordar mejor: la ciencia detrás de la memoria, escrito por el neurólogo Andrew Budson y la neurocientífica Elizabeth Kensinger, una obra en la que se pueden encontrar una serie de consejos y trucos para poder mantener la memoria nítida a medida que envejecemos.
En una entrevista concedida a The Gazette, los dos expertos defienden que la clave para poder asegurarnos de recordar con el paso del tiempo y cuidar a la memoria es codificar la información en ella. Esto, según los Budson y Kensinger, se puede conseguir mediante su método mnemónico Four, cuyo nombre se debe a que está compuesto por cuatro pasos decisivos para alcanzar el objetivo, codificar información en la memoria.
El primer paso de este método es focalizar la atención, el paso previo a la organización de la información. El tercero es comprender esta información y el último paso del método Four de los dos científicos citados es relacionarla con algo que el cerebro ya conoce. “Es mucho más fácil decirlo que hacerlo”, reconoce Kensinger, que pone ejemplos sobre cómo puede fallar el proceso en cada uno de los pasos para codificar la información en la memoria.
Posibles fallos
En la primera etapa, afirma la neurocientífica, puede haber un error de no prestar suficiente atención. “A menudo, cuando alguien dice: ‘Fui a una fiesta, y conocí a todas estas personas, y no recuerdo ninguno de sus nombres’”, señala.
En el momento de la recuperación, el segundo paso, también se producen fallos. “Cualquier estudiante ha experimentado esto, donde conocen el contenido, pero durante un examen, no pueden encontrarlo. [...] En esos momentos, desea evitar el impulso de generar posibles respuestas y, en su lugar, utilizar pistas generales de recuperación, como pensar en la última vez que vio a esa persona, el contexto y las posibles conexiones”, apunta Kensinger.
Ambos autores defienden la importancia del sueño para que este proceso de codificación sea exitoso. “El sueño es importante para consolidar los recuerdos para que puedan recuperarse más tarde, pero al menos también se teoriza que el sueño nos ayuda a eliminar la proteína beta amiloide durante la noche —es la que desencadena la demencia de la enfermedad de Alzheimer—”, dice Budson. “El sueño ayuda a que la información pase de ser brevemente accesible a almacenarse a largo plazo, y guía la transición de algo que recordamos de un evento específico”, añade Kensinger.
Los falsos mitos en torno a la memoria
Budson y Kensinger explican en la entrevista concedida a The Gazette cuáles son los falsos mitos más enraizados en la sociedad en torno a la memoria.
En primer lugar, exponen “Uno de los errores más comunes está en las metáforas que usamos para hablar de la memoria que implican que hay un recuerdo que se encuentra en algún lugar del cerebro, como un archivo que podemos recuperar sin esfuerzo”. La neurocientífica señala que “La memoria es un proceso activo y esforzado, de manera que cada vez que recordamos un evento pasado tenemos que esforzarnos para reconstruir esa memoria”.
También argumentan que la memoria fotográfica no existe. Según los dos científicos, recordar siempre implica esfuerzo. “Puede ser que nos parezca que recordamos cosas al azar que no estábamos tratando de recordar, pero hay razones por las que las recordamos; estábamos disfrutando de una canción que estábamos escuchando, o estábamos pensando en lo extraño que era algo, y esos sentimientos o pensamientos permitieron que ese contenido entrara en la memoria”, dicen.
Por último, Budson y Kensinger dejan claro que un sistema óptimo de memoria no es aquel que no olvida. “Olvidar es importante porque si cada vez que intentáramos hacer una predicción sobre el futuro o entender lo que está pasando ahora, tuviéramos que tamizar todo lo que nos ha pasado, sería ineficiente. Hay una gran utilidad en la poda”, concluyen.