A sus 67 años, el actor estadounidense Richard Gere nos regala uno de los mejores papeles de su carrera, el de Norman Oppenheimer, un 'conseguidor' que trabaja intentando colarse en la vida de la gente de negocios influyente para convertirse en mediador, un hombre de negocios de poca monta que se dedica a facilitar contactos a políticos y empresarios, un tipo misterioso que vive obsesionado con infiltrarse en las altas esferas. Todo eso es Norman. El destino quiere que este peculiar personaje logre acercase a un joven político israelí en sus horas más bajas y trabe cierta amistad con él. Tres años después, cuando este político se convierte en Primer Ministro de Israel y en uno de los grandes líderes mundiales, Norman estará estará ahí para sacar beneficio.Richard Gere interpreta con solidez a este curioso personaje, un outsider que le aleja definitivamente de su imagen de sex symbol, camino que ya emprendió, por cierto, con el vagabundo de su última película, Invisibles.
Norman, el hombre que lo conseguía todo está dirigida por Joseph Cedar. Es su primera película en inglés, tras cinco en hebreo, y en ella crea un retrato complejo de la red de afiliaciones políticas, financieras y religiosas de la alta política. El personaje de Norman, ese tipo desesperado por escalar socialmente cuya manera de ganarse la vida le proporciona algunas alegrías, pero incidentes y disgustos también, le sirve al director para sacar a la a luz esos trapicheos, redes de influencia, intereses financieros que configuran el funcionamiento de la política actual. En el reparto, de este buen e interesantísimo thriller político nos encontramos con Charlotte Gainsbourg, Steve Buscemi (Fargo) y Josh Charles (The good wife) y el fantástico actor israelí Lior Ashkenazi, que es prácticamente el coprotagonista junto a Gere.