Ángela ha conquistado el título de campeona en la duodécima edición de MasterChef, destacándose como ganadora. Con solo 29 años, esta talentosa valenciana ha demostrado ser una fuerza imparable en la cocina. Residente en Madrid, su trayectoria de vida incluye experiencias en Estados Unidos y Australia, así como visitas a diversos países exóticos, lo que le ha permitido conocer y fusionar distintas culturas gastronómicas.
Profesionalmente, Ángela trabaja como publicista y gestora de talentos, y en su tiempo libre, se dedica a la batería. Su pasión por la cocina es una herencia familiar: su madre era dueña de varios negocios de hostelería en Valencia. Ángela sueña con abrir un restaurante junto a su pareja, un proyecto que ahora está un paso más cerca gracias a su victoria en MasterChef.
El desenlace de la competencia fue electrizante, con Ángela y María enfrentándose en un duelo final que mantuvo a todos en vilo. Ambas concursantes recibieron elogios excepcionales por parte del jurado, demostrando un nivel culinario sobresaliente. A lo largo de la temporada, Ángela se destacó por su consistencia y habilidad, cometiendo pocos errores y manteniéndose siempre un paso adelante de sus compañeros. Su actitud serena y enfocada le permitió avanzar sin conflictos, dedicándose por completo a su objetivo de llegar a la final y ganar el trofeo. Los responsables del programa no querían conflictos dada las polémicas surgidas anteriormente con Jordi Cruz y el trato a Tamara.

Además de su talento culinario, Ángela demostró ser una persona generosa y de gran corazón. Antes del duelo final, tanto ella como María hicieron se hicieron una promesa especial: la ganadora pagaría el mismo curso de cocina a la otra, ya que ambas comparten el mismo sueño de dedicarse profesionalmente a la cocina. Este gesto reflejó no solo la deportividad, sino también la camaradería que se desarrolló entre ellas a lo largo de la competencia.
Ángela es una ganadora justa y ejemplar, que no solo ha brillado por sus habilidades culinarias, sino también por su integridad y espíritu de colaboración. Su victoria en MasterChef 12 no solo marca un hito en su carrera, sino que también inspira a muchos a seguir sus sueños con dedicación y pasión. Lo mejor de la edición de anónimos es que los concursantes realmente necesitan el premio para conseguir hacer realidad sus objetivos profesionales, aunque no todos consigan entrar al concurso.
Ahora, con el trofeo en sus manos, Ángela está lista para llevar su amor por la cocina a nuevas alturas, y su próximo paso podría ser la realización de su sueño de abrir un restaurante. Sin duda, su viaje en MasterChef es solo el comienzo de una prometedora carrera en el mundo de la gastronomía.