Cuando un familiar se muere de forma inesperada, como ocurrió con el hermano de Paz Padilla o nos piden ser el padrino en un bautizo y no debemos cuál es la responsabilidad legal, asaltan dudas de cuánta responsabilidad tenemos una vez, aceptamos la muerte o tenemos un papel legal ante otra persona. Ocurre lo mismo con los testamentos y las herencias.
Entre los años 2000 y 2008, el Estado español ha heredado alrededor de 54 millones de euros de personas que no tenían escritas sus últimas voluntades y no tenían parientes próximos. Y es que hay una realidad en España que es indiscutible. Cuando no hay un familiar cercano o lejano que reclame la herencia de un fallecido, el Estado español es quien se queda los bienes de la persona fallecida. Aunque existe un artículo en el Código Civil en el que se buscan herederos forzosos para encontrar, en orden de cercanía familiar, un heredero. Cuando nadie de esa lista lo reclama, pasa a formar parte del Estado.
¿Qué dice el artículo 807 del Código Civil?
La realidad es que España tiene leyes y artículos que protegen la herencia de los familiares. De hecho, cuando no hay un testamento, que es tres cuartos de la población, existe un artículo del Código Civil que dicta el orden de correspondencia de la herencia. En el código 807, aparece la figura de herederos forzosos, donde se hace una lista de los que pueden heredar según el puesto.

Los hijos y descendientes, respecto a sus padres, son los primeros, si no hay hijos, serán los padres los que heredan. En caso de que no existe ninguno de los dos, es el viudo o la viuda la que tiene la herencia legítima. Si no hay ninguno de los familiares, se busca hasta cierto grado consanguinidad y finalmente es el Estado quien se lo queda.
Qué es un testamento vital
Como bien dicen los datos del Estado, más del 75 % de la población no hizo testamento vital con sus últimas voluntades escritas. Pero, ¿Qué es y cómo se puede hacer un testamento? Pues bien, este es un documento que hace una persona antes de morir, en el que deja por escrito sus voluntades relacionadas con los tratamientos médicos que quiere o no recibir. Además, es una manera de asegurar qué es lo que se va a hacer con su cuerpo y órganos una vez muerto.

Este se trata de un documento que debe escribirse en vida y es más importante de lo que nos pensamos. El testamento vital no solo se puede usar tras la muerte de una persona. También puede comenzar a usarse cuando una persona sufre un grave accidente de coche que no le deja en plena posesión de sus facultades o cuando la salud mental de la persona que redacta el testamento ya no le permite hacer vida normal ni decidir por sí mismo.
¿Existen más testamentos?
Además del vital, existe el testamento ológrafo, redactado a mano y firmado por un testador. A pesar de tener la misma función que el vital, se deben tomar ciertas precauciones por la facilidad en la que se puede redactar. Cuando se encuentra un testamento ológrafo, debe presentarse ante notario antes de cinco años tras la muerte del familiar para que sea válido.

Además de este último, existen más tipos de testamentos como el abierto. En este, una persona expresa sus voluntades en presencia de personas de su confianza, pero no existe documento ni notario que lo atestigüe. Las personas testigos dan por transmitido el mensaje y tienen el objetivo de cumplir los deseos. Si aparece un testamento vital, prevalece este último.
Otro testamento que se ha popularizado en los últimos años es el testamento solidario. En este se deja ante notario y por escrito que toda la herencia que acumules va destinada a organizaciones no gubernamentales. Puede ser una o varias, al igual que puede ser en su totalidad o parcial.