Revista Mía

Cómo hacer un buen café, paso a paso

A pesar de ser tremendamente sencillo y fácil, los pasos a seguir a la hora de preparar café difieren principalmente del tipo de cafetera que vayamos a utilizar. Por suerte, conseguir los mejores resultados es más simple de lo que piensas.

Si sueles disfrutar de una taza de café por la mañana, es bastante probable que ya sepas que una taza de café bien hecho puede ayudar a crear el ambiente perfecto para el resto del día. Si bien es cierto que optar por un barista para que sirva nuestra taza de café diaria puede ser enormemente costoso, existen unas reglas básicas a seguir que nos pueden ser de muchísima utilidad a la hora de preparar el mejor café en casa.

De hecho, es más fácil de lo que posiblemente piensas: cosas simples como almacenar los granos de café correctamente, usar los mejores filtros para evitar el amargor no deseado, moler los granos inmediatamente antes de preparar la cafetera…

Ya sea que el café de la mañana se trate de una maravillosa bebida de producción propia, o simplemente la mejor mezcla que puedes encontrar en el supermercado, seguir estas reglas básicas te ayudarán positivamente a la hora de obtener, todo el tiempo, una taza de café tan deliciosa como satisfactoria.

Evidentemente, todo dependerá del tipo de cafetera que vayamos a utilizar para la elaboración de nuestro café. Y es que no es lo mismo usar la típica -y tradicional- cafetera italiana, que optar por una cafetera de goteo o una cafetera de prensa francesa. Independientemente de la cafetera, lo cierto es que siempre es posible conseguir la taza de café perfecta.

Cómo hacer café con cafetera vertida

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Cómo hacer café con cafetera vertida

El vertido se convierte en una forma sencilla, simple y tremendamente accesible de elaborar una taza de café. De hecho, como opinan muchos expertos, en realidad se trata de una opción excelente para conseguir un café delicioso, aromático y complejo.

  1. Calienta el agua. En primer lugar pon agua en una cacerola y deja que hierva.
  2. Muele el café. Si utilizas granos de café enteros, muélelos hasta obtener una consistencia lo más uniforme posible, con una textura similar a la sal de mesa granulada.
  3. Colocación. Mientras tanto, coloca un filtro en la cafetera y enjuaga con agua caliente. Esto ayudará a eliminar los distintos residuos de papel en el filtro, y además calentará la cafetera, útil para mantener el café caliente durante un mayor período de tiempo. Elimina el agua utilizada para enjuagar la cafetera.
  4. Café. Una vez molido el café, añádelo al filtro. Lo ideal es optar por 2 cucharadas de café por cada 170 ml de taza de agua.
  5. Mide y vierte. Una vez el agua haya alcanzado una temperatura de entre 90 a 96 grados, viértela lenta pero constantemente, comenzando desde el medio y avanzando hacia afuera. Hazlo hasta la mitad, para que los posos de café se impregnen. Luego haz una pausa de 10 segundos, para dejar que el café libere los gases. Continúa añadiendo más agua lentamente, vertiéndola en círculos pequeños continuos.
  6. El momento de disfrutarlo. Retira con cuidado el filtro, sirve en tazas y disfruta.
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Cómo hacer café con cafetera francesa

La conocida como prensa francesa es un tipo de cafetera tradicional tremendamente especial, que en los últimos años se ha vuelto muy popular. Es bastante característica, dado que la preparación del café difiere de cómo posiblemente habitualmente lo haces, y casi podríamos decir que hay algo de especial en ello.

  1. En primer lugar, para preparar nuestro café con una cafetera francesa es necesario comenzar hirviendo el agua en una cacerola al fuego.
  2. Si utilizas granos de café enteros, es el momento perfecto para molerlos. Para esta cafetera en concreto, lo más aconsejable es obtener una consistencia similar a las migas de pan (es decir, una textura algo más gruesa que de costumbre). Agrega el café recién molido a la cafetera francesa.
  3. Añade el agua. Cuando la temperatura del agua haya alcanzado los 90-96 grados de temperatura, viértela en la prensa francesa, y remueve vigorosamente. Deja en infusión durante 4 minutos, y luego, lentamente, sumerge la prensa. De esta forma conseguirás separar el café de la bebida final.
  4. Sirve y disfruta. En caso de que no desees tomar el café inmediatamente, no es recomendable dejarlo en la cafetera francesa, dado que se volverá muy amargo. Lo ideal es verterlo en una jarra, para disfrutar un poco más tarde.
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Cómo hacer café con cafetera de goteo

Muy popular en Estados Unidos, la cafetera de goteo es una opción excelente por su simplicidad y sencillez, siendo ideal para mañanas más ajetreadas. Por ejemplo, se convierte en una cafetera útil para oficinas, dado que podemos preparar el café y hacer una enorme cantidad de café (dependiendo de la máquina, es posible elaborar hasta 12 tazas a la vez).

  1. Empezaremos moliendo el café. Para ello, muele los granos con al ayuda de un molinillo eléctrico, hasta obtener una consistencia uniforme, similar a la sal de mesa granulada. Pasa el café recién molido al filtro, y colócalo en la cafetera de goteo.
  2. Vierte agua limpia. Es importante hacerlo en la parte posterior de la máquina. Finalmente, presiona el botón de encendido.
  3. Es la clave para este tipo de cafetera, dado que el café comenzará a salir poco a poco, gota a gota.
  4. Apaga la cafetera. Tan pronto como el café termine de prepararse. Sabrás que la cafetera ha terminado cuando deje de burbujear. De esta forma, evitarás un sabor incómodo a café quemado.

Compra siempre café fresco

En los últimos años las tiendas especializadas en café se han puesto muy de moda, de forma que en muchas ciudades podemos encontrarlas fácilmente. Lo que nos da opción a encontrar, siempre, café fresco recién tostado.

De hecho, sin lugar a dudas el café es muchísimo mejor cuando se utiliza apenas pocos días después de haber sido tostado. Por tanto, a no ser que podamos tostar los granos nosotros mismos, lo ideal es comprar siempre un café recién tostado.

La conservación de los granos de café es importante

Al igual que es fundamental dónde guardamos el café molido, es conveniente mantener frescos los granos de café. Lo ideal es hacerlo en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio o de cerámica con juntas de goma. Son ideales para conservar su aroma.

A diferencia del café molido, no se recomienda guardar los granos de café en nevera, puesto que los granos tostados son porosos y absorben con demasiada facilidad tanto la humedad como los olores del resto de los alimentos.

Granos de café recién molidos

Aunque es muy fácil preparar el café directamente a partir de café ya molido, hay algo de especial si optamos por hacerlo a partir de granos de café recién molidos. Independientemente de que vayamos a moler nosotros el café, es aconsejable consumir siempre los granos frescos de café en un período de entre 5 a 7 días después de comprarlos. Y mantenerlos debidamente conservados, pero a temperatura ambiente.

Por otro lado, lo aconsejable es moler los granos previamente a preparar el café. De esta forma, nos aseguraremos que la bebida tendrá las mayores propiedades organolépticas posibles.

En este sentido, los expertos recomiendan optar por molinillos de café con rebabas, en lugar de molinillos eléctricos con cuchillas, pero en caso de no ser posible optar por los primeros, los segundos también llevarán a cabo un trabajo bastante útil.

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