¿Crees que sudas demasiado? La hiperhidrosis es un trastorno que afecta a 1,2 millones de españoles e interfiere en las actividades de la vida diaria. Pero tranquila, tiene solución.
No querer dar la mano porque está húmeda, no quitarse la chaqueta por las manchas en las axilas, no prestar el bolígrafo que se acaba de usar al compañero que lo pide... Situaciones cotidianas como estas pueden convertirse en una pesadilla de vergüenza para determinadas personas que padecen hiperhidrosis, una disfunción por la que se suda más de la cuenta sin motivo.
“Es independiente de la temperatura ambiental, aunque empeora en situaciones de estrés y ambientes calurosos”, explica la doctora Marta Alegre, experta en dermatología médico-quirúrgica de la Clínica Liberty, especializada en este tipo de trastorno.
El problema se retroalimenta: me da vergüenza dar la mano porque la tengo sudada y por esos nervios sudo más aún... La ingesta de comidas picantes, el alcohol o bebidas como el té también pueden agravar la hiperhidrosis.

Origen desconocido
Entre un 3 y un 6 % de la población mundial suda en exceso y la mayoría desconoce que existen tratamientos que pueden ayudarles a controlar esta disfunción. La causa de este trastorno no es suficientemente conocida por los científicos, pero se sabe que al menos en la mitad de los casos hay antecedentes familiares.
Afecta por igual a mujeres que a hombres y puede comenzar desde la infancia, aunque con frecuencia se agrava a partir de los 40 años, por factores hormonales. Hay otro tipo de hiperhidrosis que es la causada por la ingesta de determinados medicamentos y en el contexto de algunas enfermedades metabólicas.
Axilas, palmas de manos y pies e ingles suelen ser las zonas más afectadas. Detrás de ello hay una hiperestimulación de las glándulas sudoríparas por parte del sistema nervioso.
Sudar en exceso acarrea una serie de complicaciones: “Las zonas expuestas al sudor se maceran con más facilidad y eso es un caldo de cultivo para que haya infecciones bacterianas por hongos, eccemas irritativos y en ocasiones una alteración en la calidad de vida, en las relaciones personales y laborales, etc.”, subraya el doctor José Luis López Estebaranz, dermatólogo de la Clínica Dermomedic.

Hay diferentes tratamientos. El más sencillo sería el uso de soluciones antitranspirantes, aunque solo resultan eficaces en los casos leves. También es eficaz la toxina botulínica, mediante microinyecciones, una vez al año. “Hay casos en los que se hace de forma periódica y al cabo de los años desaparece el problema”, explica el especialista.
Otra opción es la iontoforesis, una terapia en la que se sumergen pies y/o manos en bandejas de agua y un dispositivo va enviando energía eléctrica suave. Se necesitan varias sesiones periódicas y después hay que continuar con un mantenimiento.Incluso existe la posibilidad de cirugía mediante simpatectomía torácica, una intervención con anestesia general que consigue eliminar de forma definitiva el problema de palmas y axilas, aunque puede aparecer sudoración compensatoria en otras partes del cuerpo (hasta en un 40 % de los casos sucede).
La doctora Alegre explica que existe otro tratamiento llamado Miradry, aprobado por la FDA, para lograr una reducción definitiva del sudor de las axilas de manera no invasiva. "Funciona administrando energía electromagnética de control preciso en la zona para eliminar las glándulas sudoríparas. Se recomiendan dos sesiones, con un intervalo de tres meses entre sí. Reduce el sudor alrededor de un 80 %, sin necesidad de cirugía y sin sudoración compensatoria”.