¿La cerveza produce gases?

Derribamos uno de los mitos más extendidos.
¿La cerveza produce gases?

A menudo te habrás encontrado en tu vida con personas a las que sí les gusta la cerveza pero te dicen que no la toman porque “uufff, a mí es que me da muchos gases”. Hasta ahora, aceptabas la declinación a la invitación sin darle mucha importancia al asunto porque cada sistema digestivo tiene sus debilidades y tampoco eres tú un especialista en la materia. Como tantas otras “verdades urbanas”, lo de la cerveza y los gases se ha acabado convirtiendo en creencia popular; de hecho, aunque podemos apoyarnos en conclusiones científicas para argumentar que no es verdad desde hace un par de años, todavía hay muchísima gente que piensa que la cerveza produce gases.

Vaya por delante que el hecho de que esta bebida alcohólica no produzca gases no quiere decir que sea recomendable su consumo, ya que no deja de tener alcohol, aunque este tema polémico es mejor dejarlo para que lo debatan, como ya hacen, los dietistas y los profesionales médicos expertos en nutrición, algo que ya hacen en la actualidad. Pero, en cambio, sí se trata de que borres de tu mente la idea de que no te vas a dar el capricho de tomar una caña o un tercio por el hecho de cómo te caiga la cerveza. Si te dan gases, apunta con el foco hacia otro lado porque esta bebida no es el causante.

La ciencia ha hablado

Esta es la conclusión de un estudio desarrollado entre 2014 y 2016 publicado finalmente en marzo de 2018 en la revista científica International Neurogastroenterology & Motility desarrollado bajo el fiable paraguas de la facultad de farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, con la dirección del Prof. Dr. Enrique Rey Díaz-Rubio, jefe de Servicio del aparato digestivo del hospital Clínico San Carlos y profesor del departamento de Medicina de la mencionada UCM. El estudio, que lleva por título “Influencia de la ingesta de cerveza sobre la fisiología gastroesofágica y síntomas digestivos postprandiales” concretó, tras estudiar el comportamiento de 10 individuos sanos durante catorce días tomando tanto cerveza tradicional -de tipo lager, con una cantidad de alcohol en su composición moderado, 4,8%- y veinte individuos haciendo lo propia con cerveza sin alcohol -entre 23 y 24 años de media de edad-, que “El consumo moderado de cerveza tradicional o de cerveza sin alcohol no provocan aumento de síntomas dispépticos ni de reflujo gastroesofágico en sujetos sanos tanto en una situación de ingesta controlada como en una situación de vida real”.

Por vida real especifica el estudio que se refiere a que durante una semana los individuos sometidos al estudio tomaron sendas cervezas antes de la comida y de la cena durante una semana para encontrar un entorno que no sea la que se da bajo el control de un laboratorio.

La importancia del estudio radica en que no viene de alguna institución desconocida, sino que estamos hablando de una de las facultades de medicina más prestigiosas de nuestro país. Por lo tanto, es una fuente lo suficientemente cercana como para poder argumentar con las conclusiones en mano del estudio que la cerveza no produce acidez ni regurgitación, que es la manera más apropiada, menos coloquial, de decir que no produce gases. Además, también concluye en que no existen diferencias entre la reacción de los individuos que tomaron sin alcohol con los que bebieron la tradicional, con alcohol.

cervezas - Cerveza (Foto: iStock)

El mito es muy probable que se haya hecho fuerte en la asociación inmediata que suele hacer el cerebro a las molestias estomacales con los gases y a su vez de estos con las bebidas con gas, como es el caso de la cerveza, pero no hay mejor respuesta que la de la ciencia para saber si algo es cierto o no. De momento, el estudio más fiable hecho al respecto nos dice que no lo es.

Eso sí, la conclusión, como hemos especificado al comienzo del texto, no puede exagerarse, porque el estudio tenía un objetivo concreto: la relación de esta bebida con lo que produce a nivel digestivo. No es un estudio sobre los beneficios de la cerveza ni tampoco son sus conclusiones un argumento a favor de que se aumente el consumo de esta bebida. Que somos muy dados, en general, a llevar más allá de donde realmente llegan las conclusiones de este tipo de estudios.

La experta nutricionista Patricia Ortega, nos cuenta algunas de las razones principales por las que la cerveza podría producir gases:

  • Carbonatación: se trata de una bebida carbonatada, lo que significa que contiene dióxido de carbono y, la acumulación de este gas en el estómago podría producir eruptos o sensación de hinchazón.
  • Fermentación en el intestino. Al contener carbohidratos fermentables como la maltosa, puede que estos no sean 100% digeridos en el intestino delgado. Pasan al colon y producen gases.
  • Alcohol y motilidad gástrica. El alcohol puede ralentizar la digestión y esto puede contribuir a que los alimentos permanezcan más tiempo en el intestino, aumentando la formación de gases.
  • Levaduras y cereales. La cerveza, especialmente las variedades más oscuras o artesanales, puede contener restos de levadura y compuestos provenientes de cereales como la cebada y el trigo. Algunas personas tienen sensibilidad a estos ingredientes, lo que puede causar gases o hinchazón.

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