La realidad es que a día de hoy conseguimos en nuestro supermercado de confianza muchos productos ya envasados que nos duran semanas, meses e incluso años, cuando se trata de conservas, en la despensa. Pero la realidad es que están compuestos por conservantes y sustancias químicas que pueden provocar cambios en nuestro organismo que derivan en enfermedades como el cáncer de mama, una reducción de la fertilidad e incluso podrían tener una menopausia prematura. Los expertos, como la investigadora en salud Marta Massip, ponen nombre a los posibles tóxicos que se encuentran en la industria alimentaria que de forma indirecta, afectan a nuestra salud. Además nos cuenta unos consejos para evitar ingerir las sustancias.
Existen unas sustancias químicas llamadas disruptores endocrinos (EDC), que son capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales en nuestro sistema. Estas se cuelan en nuestro sistema simulando ser hormonas normales."Algunos de los EDC se acumulan de manera permanente en el tejido adiposo; por lo tanto, los periodos recurrentes de adelgazamiento-engorde pueden movilizar los EDC inmovilizados en el tejido adiposo", asegura la experta.
¿Dónde se encuentran?

La forma en la que más se ingieren EDC es en la industria alimentaria. Los más comunes son los pesticidas que ingerimos cuando no lavamos bien la piel de las frutas y verduras; los metales pesados que pueden aparecer en pescados grandes, con un gran valor en grasa -el atún es uno de ellos-; los ftalatos, como el bisfenol A (BPA) y los compuestos fluorados; y los compuestos fluorados, en recipientes y utensilios de cocina -en latas de conserva, de bebidas o utensilios de cocina-. Aquí tienes una lista de algunos más:
- Ftalatos: cosméticos
- PFOS y PFOA: recubrimientos en sartenes y utensilios de cocina
- Triclosán y triclocarbán: preservantes en cosméticos.
- Benzofenonas: pasta de dientes
- Fungicidas: residuos en alimentos
- Pesticidas organoclorados como el DDT
- Bifenilos policlorados
¿Qué es lo que son capaces de hacer en nuestro organismo?
Al adentrarse en nuestro organismo fingiendo ser hormonas, afectan directamente en los procesos en los que interfieren las hormonas. Sobre todo en las mujeres afectan al sistema reproductor, al inmunitario y en algunas alteraciones concretas del sistema neurológico. Además puede generar algún dolor en el metabolismo.
Como afectan directamente al sistema hormonal, el cáncer de mama es uno de los que más impacto tienen en la mujer y más proliferan cuando se trata de disruptores endocrinos, ya que necesita de determinadas hormonas para que crezca y se reproduzcan las hormonas tumorales y al contrario, según la Sociedad Española de Oncología Médica.

El estudio 'Sustancias químicas disruptoras endocrinas y neoplasia endocrina' arrojó una realidad alarmante: "la tiroides fue el órgano que presenta el mayor riesgo de cáncer tras la exposición a EDC, siendo las mujeres las que más sufren esta dolencia". Otras de las consecuencias que pueden tener esta ingesta es que afectan a "la edad reproductiva, la exposición a EDC, especialmente durante el desarrollo uterino, estaría relacionada con pubertad precoz, reducción de la fertilidad, problemas durante el embarazo, cáncer de mama, endometriosis y síndrome de ovario poliquístico", entre otras.
Enfermedades como la endometriosis y el síndrome de ovario poliquístico se puede agravar cuando tomamos estas sustancias y afectar de manera directa a la fertilidad. Además, los trastornos como estos, se transforman en crónicos provocando dolores para toda la vida reproductiva de la mujer.
¿Cómo podemos evitar ingerir disruptores endocrinos?
La experta en ciencias de la salud nos indica 6 formas de evitar que nuestro cuerpo tenga la presencia de disruptores endocrinos. Incide en que "la exposición simultánea y constante a diferente EDC produce efectos negativos sinérgicos o aditivos". Por eso, hay pequeños detalles que pueden marcar la diferencia. Ofrece seis formas de evitar la ingesta de estas "falsas hormonas":
1. No calentar comida en recipientes de plástico ni reutilizar recipientes de plástico para las bebidas.
2. Sustituir los recipientes de plástico por recipientes de vidrio para almacenar los alimentos y las bebidas. Puedes comenzar con los tuppers con la comida que te prepares para la oficina.

3. Utilizar sartenes y recipientes de cocción de materiales como el acero inoxidable.
4. Optar por alimentos con certificación ecológica y cuya procedencia se pueda verificar, ya que la regulación de pesticidas no es la misma en todo el mundo.
5. Reducir la ingesta de comida procesada y enlatada.
6. Conseguir pescado de tamaño más pequeño y, por lo tanto, con menos bioacumulación de metales pesados y otros contaminantes.
Marta Massip asegura que "estas medidas tienen un impacto positivo en la salud de la población en general y de las mujeres en particular".