El orden influye en todos los ámbitos de nuestra vida. Tener un espacio de trabajo estructurado de forma óptima te permitirá rendir mucho más. Descubre cómo con estos consejos. Ganarás en productividad.
1. Menos es más
Aprende a dejar solo lo verdaderamente necesario en tu mesa. Vacíala y empieza a ordenarla desde cero. Tira o archiva todo aquello que solo sirva para distraerte y vuelve a reubicar los objetos necesarios uno a uno, pensando bien en su función futura. Un escritorio ordenado y con lo justo hace que tengamos mayor nivel de concentración y que no nos despistemos.
Para lograr la armonía apúntate a esta forma de organización que se basa en fomentar a diario cinco hábitos en nuestro lugar de trabajo: orden, limpieza, clasificación, control visual y mantenimiento de la disciplina. Este método denominado "Las cinco eses" por sus nombres en japonés, proviene de las antiguas cadenas de montaje del país nipón y es excelente para mantener el equilibrio en nuestra oficina.
Puedes utilizar en tu escritorio dos bandejas, una de entrada y otra de salida. Rotúlalas según su función. Una sirve para todo el trabajo pendiente y lo que todavía no está revisado; la otra, la de salida, para archivar todo el trabajo que ya hayas hecho. Procura olvidarte de los famosos papelitos amarillos pues solo se acumulan y a veces nos distraen enormemente.
Escanea y archiva digitalmente toda la información posible. Ahorrarás mucho espacio y tiempo, y así será mucho más fácil su búsqueda dentro de tu ordenador. También puedes usar programas de gestión de documentos como DocShare u OpenKM; o apps como GTask, StayFocused o RescueTIme que te ayudan a tener una vida laboral más organizada
No olvides que es el escritorio el que debe adaptarse a ti y no tú a él. Haz pequeñas mejoras en la colocación de la mesa, del ordenador o de las luces que sirvan para optimizar tu rutina profesional y te hagan estar más cómoda. Sitúa la pantalla del ordenador a la altura de tus ojos y pon las luces necesarias para que no se te canse la vista.