Desprenderse de los objetos que han acompañado a una familia durante generaciones no es tarea fácil. Astrid Romero, experta en vaciado de casas, lo sabe bien. "Cada objeto tiene una historia única que contar", afirma. Su trabajo consiste en ayudar a las familias a gestionar este proceso emocional, encontrando nuevos hogares para esos objetos llenos de valor sentimental. Desde 2018, Romero y su socia María López Vázquez, se enfocan en ofrecer un servicio que va más allá de una simple venta. "Nos aseguramos de que cada pieza encuentre un lugar donde sea apreciada", explica. Este enfoque no solo alivia a las familias, sino que también promueve la sostenibilidad al dar una segunda vida a muebles y objetos.
El proceso del vaciado de una casa comienza con una cuidadosa clasificación de cada elemento. "Es importante entender el valor de cada pieza, no solo en términos monetarios, sino también emocionales", comenta Astrid. Esta tarea meticulosa garantiza que cada objeto tenga el respeto que merece. Lo mismo ocurre con la regla de la experta Patricia Ferrández que transforma el orden en casa: "Si algo te lleva menos de dos minutos, hazlo ya"
Transformando el dolor en oportunidad con el vaciado de casas
El vaciado de una casa puede ser un momento de duelo, pero Astrid Romero lo ve como una oportunidad para celebrar la vida de quienes han habitado ese espacio. "Cada objeto cuenta una parte de la historia familiar", dice. Al organizar ventas en las mismas casas, Romero crea una atmósfera que honra esos recuerdos, permitiendo a los visitantes conectar con el pasado de una manera única.
"No se trata solo de vender, sino de compartir historias", destaca Astrid. Las jornadas de puertas abiertas que organiza son eventos donde los visitantes pueden explorar y adquirir piezas únicas, cada una con su propia narrativa. Este enfoque transforma lo que podría ser un proceso doloroso en una celebración de la vida y los recuerdos.
Además, el equipo de Astrid se asegura de que los objetos que no se venden sean donados a organizaciones benéficas, asegurando que nada se desperdicie. "Es una forma de continuar el legado de la familia, extendiendo su impacto a la comunidad", explica.
Un servicio accesible y personalizado
El enfoque de Astrid Romero es tanto práctico como emocional. "Cada familia es diferente, y adaptamos nuestro servicio a sus necesidades específicas", comenta. Este nivel de personalización asegura que cada proyecto es una opción de cuidar y poner la atención que merece. Así, las familias pueden conseguir un orden y una armonía digna de ser llevada.
El coste del servicio varía dependiendo de la magnitud del proyecto, pero Astrid asegura que siempre es accesible. "Queremos que todas las familias puedan beneficiarse de nuestro servicio, sin importar su situación económica", afirma. Esta filosofía inclusiva es parte del compromiso de Astrid de hacer que el vaciado de casas sea un proceso positivo y enriquecedor para todos los involucrados.
Con un enfoque que combina sensibilidad emocional y eficiencia práctica, Astrid Romero y su equipo están redefiniendo lo que significa vaciar una casa. "Es más que un trabajo, es una misión para dar dignidad a los recuerdos y permitir que las familias avancen con paz y satisfacción", concluye Astrid.
