Tu rutina de belleza debería empezar con calma y placer, no con una búsqueda desesperada entre neceseres desbordados, frascos abiertos y cajones que ya no cierran. Si cada mañana te enfrentas a una colección interminable de productos, mezclados sin orden ni concierto, es hora de poner un poco de armonía. Ordenar no significa esconder, sino saber exactamente dónde está cada cosa y disfrutar más del proceso. ¿La clave? Crear un espacio bonito, funcional y práctico que refleje lo que eres y lo que te cuidas. Porque el orden también forma parte del autocuidado. Además, cuando organizas bien tus productos, los usas más, desperdicias menos y haces que cada paso de tu rutina tenga sentido. No necesitas un tocador de revista (aunque ayuda), solo un poco de inspiración y estos cinco trucos infalibles para poner orden sin renunciar al estilo.
Recuerda que un espacio de belleza bien montado también influye en tu estado de ánimo. Es más fácil cuidarte cuando tu entorno también lo hace. Menos saturación visual, más conexión con lo esencial. Aquí te contamos cómo conseguirlo paso a paso, con ideas sencillas, bonitas y adaptadas a cualquier espacio. Dale un reset a tu tocador. Tu piel -y tu mente- te lo agradecerán.
1. Haz limpieza y ordena con criterio (y sin culpa)
Empieza por vaciar completamente tu espacio de belleza. Revisa fechas de caducidad, texturas, olores y aquello que simplemente no usas. Si un producto lleva meses olvidado o no te convence, despídete de él. El primer paso para organizar es reducir.
Haz tres montones: lo que se queda, lo que donas (si está sin abrir) y lo que va fuera. Muchas veces acumulamos porque nos da pena tirar, pero lo realmente importante es usar lo que tenemos.
2. Clasifica por tipo de producto y uso
Agrupa por categorías: limpieza, tratamiento, maquillaje, protección solar... Y dentro de cada grupo, por frecuencia de uso. Lo que utilizas a diario debe estar a mano. Lo demás, bien guardado pero localizado y en orden.
También puedes usar etiquetas, neceseres con compartimentos o cajas apilables para que todo tenga su sitio. Visualmente, ayuda mucho ver los productos bien colocados por familias.
3. Utiliza bandejas, cajas y organizadores bonitos
Invierte en organizadores transparentes, cajas de bambú o bandejas de espejo. Además de prácticas, suman puntos de decoración al instante. Usa una bandeja para mantener en orden tus esenciales del día y otra para los de noche. Orden visual es igual a orden mental.
Ideas: las bandejas de cristal o metacrilato son ideales para perfumes; los cajones extraíbles van perfectos para maquillaje y los separadores ajustables son la salvación en baños pequeños. Te dejamos también los tocadores en los que merece la pena invertir porque son prácticos para organizar el maquillaje.
4. Reserva un espacio para los favoritos de temporada
Tus productos también cambian con el clima. Crea un beauty corner rotativo con tus imprescindibles de cada estación. Así evitarás saturar el espacio y mantendrás tu rutina actualizada sin esfuerzo.
Cremas más ligeras en verano, bálsamos más intensivos en invierno. Coloca lo que no usas en cajas etiquetadas y ordena en un rincón a los activos del momento.
5. Crea una rutina de orden semanal
El orden no es algo que se hace una vez y ya. Dedica unos minutos cada semana a revisar, limpiar superficies, y recolocar lo que se ha desordenado. Una vez que lo tengas bonito y funcional, mantenerlo será mucho más fácil (y satisfactorio).
Puedes aprovechar los domingos por la tarde para hacerlo mientras escuchas tu podcast favorito. Convertirlo en un ritual hace que se sienta menos como una tarea y más como un gesto de autocuidado. Y, por ejemplo, para las joyas os dejamos este mueble con compartimento secreto que mantiene los accesorios en orden.
