Si tu cocina es pequeña, sabes perfectamente que no es solo una cuestión de metros: es una cuestión de ingenio. Yo, por ejemplo, tengo tres armarios y medio, una encimera con el tamaño de una bandeja de horno y cero ganas de ponerme a hacer reformas. Así que, cuando se trata de buscar orden, el margen es mínimo. Durante años he apilado platos con miedo, he guardado tazas metidas unas dentro de otras (y luego no salían), he dejado cosas encima del microondas "provisionalmente" y he tenido las especias rodando por el fondo de un mueble sin fondo. Todo lo que probaba acababa siendo más estorbo que solución. He comprado organizadores que no cabían, separadores que se doblaban y hasta cajas tan bonitas que me daba pena usarlas. Nada funcionaba. Hasta que un día, en una compra sin pensar demasiado, me llevé a casa un estante apilable.
Uno de esos metálicos, de plástico o de bambú que pones dentro de un armario o encima de la encimera para crear una balda extra. Barato, ligero, sin montaje. Lo coloqué sin expectativas y lo olvidé. Hasta que, unos días después, me di cuenta de que ya no tenía platos amontonados, ni tazas encajadas, ni vasos a punto de derrumbarse. Había ganado espacio sin quitar nada. Y ahí entendí que, en cocinas pequeñas, los milagros no vienen con tornillos. A veces, vienen con una baldita de poco más de 5 euros.
Una balda que no venía con la cocina (y que ahora no podría quitar)

La idea es muy sencilla: un estante elevado con patas que colocas dentro de un armario o sobre cualquier superficie plana. Sirve para dividir en dos lo que antes estaba amontonado. Por ejemplo, ahora tengo los platos llanos debajo y los boles arriba. O las tazas abajo y los vasos encima. Te dejamos también este truco japonés que utiliza Marie Kondo a la hora de guardar los platos de la vajilla para ganar espacio en el armario de la cocina.
Parece poca cosa, pero en una cocina donde cada centímetro vale oro, ganar "una planta más" sin hacer obra es casi mágico. Además, al no ser fijo, si cambias de armario o quieres reorganizarlo, te lo llevas y punto. También me sirve sobre la encimera para tener la cafetera abajo y el bote de cápsulas arriba. Funciona como un mini-altillo portátil para ordenar . En este caso, el de la imagen es de Ikea, pero hay en otras tiendas como El Corte Inglés.
Más orden sin gastar más espacio

Lo mejor es que no tienes que comprar cajas, ni etiquetar, ni hacer malabares para que todo encaje. Es una estructura mínima, pero eficaz. Visualmente ordena, y eso ya cambia tu sensación de caos. Yo ahora abro el armario y no tengo miedo de que todo se caiga. Lo veo todo y lo cojo fácil. El resultado es más orden y menos estrés.
Además, puedes encontrar modelos muy asequibles en tiendas online o físicas, en madera, bambú, metal blanco… según el estilo que te guste. Yo elegí uno metálico con patas antideslizantes. Ha aguantado sin moverse y sin doblarse. Y si un día necesito moverlo al baño, lo reutilizaré sin problema.
El orden no siempre se compra en grande

No hace falta un gran cambio para mejorar una cocina pequeña. A veces, lo que necesitas no es un nuevo mueble, sino usar mejor el que ya tienes. Este estante elevador no se ve desde fuera, no presume de diseño, pero me ha hecho la vida más fácil cada mañana. Además, ya te hablamos de los objetos de la cocina que conviene desechar para mejorar el espacio y ser más eficiente a la hora de ordenar.
Me ayudó a aprovechar mejor el espacio, a reducir el desorden visual y a sentir que tengo un poquito más de cocina dentro de la misma cocina de siempre.