Ya sabes que la alimentación es básica para mantener tu cuerpo sano, por dentro y por fuera. Pero, ¿sabes lo que le va mejor a cada parte? Cada nutriente tiene su función en tu organismo. Por eso es importante llevar una alimentación variada, para tener todos los nutrientes esenciales que necesita nuestro cuerpo.
1. Omega 3 para un pelo brillante
Los alimentos ricos en Omega 3, como las nueces y los pescados azules, previenen la sequedad del pelo y le dan un mayor brillo, ya que favorecen la producción de elastina. Además, la ingesta de frutos rojos, alimentos ricos en antioxidantes, sirve para combatir los efectos de la contaminación y el secador, dándole resistencia al cabello. Para evitar que se caiga, lo mejor es el consumo de alimentos ricos en magnesio, como el pescado blanco, que crea folículos pilosos más fuertes.
La vitamina A mejora la visión nocturna y su ausencia puede provocar úlceras en las córneas y sequedad en los ojos. Los lácteos, la calabaza, los tomates, y por supuesto, la famosa zanahoria, los contienen. A la vitamina A hay que sumar la vitamina C, con alto poder antioxidante, propiedad necesaria para evitar enfermedades como las cataratas. Por último, la vitamina E que se encuentra en las espinacas, el aguacate y algunos frutos secos, otro potente antioxidante, podría frenar el estrés oxidativo, que se produce en las células durante la vejez y así evitar enfermedades oculares como la degeneración macular asociada a la edad.
La falta de una buena digestión provoca malestar general, dolor abdominal, mal aliento… La mejor manera de mantener una digestión ligera y promover el tránsito intestinal es el consumo de alimentos ricos en fibra. Frutas, verduras, cereales y leguminosas son los más aptos como fuente de fibra saludable. Y uno de los mejores aliados del sistema digestivo es el yogur, porque protege contra la acidez natural del estómago y contribuye a la regeneración de la flora intestinal debido a la actividad de sus probióticos, ricos en bacterias y levaduras.
Mantener los azúcares añadidos a raya se traduce en un mejor cuidado de la piel, dado que se limita el envejecimiento que producen los radicales libres. Una rutina alimenticia basada en la dieta mediterránea, con las legumbres, frutas, verduras, pescados, carnes blancas y el aceite de oliva como pilares, reduce los efectos que el estrés y la falta de descanso producen en la piel. Y súmate al buen hábito de terminar el almuerzo con una taza de té: los polifenoles del té verde tienen un poder regenerativo mayor que la vitamina C y mejora la elasticidad de la piel.
El consumo de manzanas, además de ser beneficioso para otros aspectos, fortalece los dientes. La acción de masticar alimentos crujientes supone un entrenamiento para dientes y encías. Además, masticando se libera un mecanismo de limpieza contra la placa que se adhiere a dientes y encías.
El hierro, el yodo y la vitamina B12 juegan un papel principal en el desarrollo de las funciones cognitivas. El brócoli ha demostrado tener propiedades efectivas en lo que a memoria se refiere. Un mayor consumo de la vitamina K, abundante en el brócoli, facilitará la expresión verbal y la retención de la información.
Las proteínas animales de alta calidad y el hierro, selenio, fósforo, magnesio y el selenio, favorecen el crecimiento de las uñas. Al igual que ocurre con el pelo, los frutos secos, con su concentración en Omega 3, y los alimentos antioxidantes también contribuyen a la salud de las uñas. Curiosamente, la levadura de cerveza, siendo de fácil digestión, también cuida las uñas gracias a su alto contenido en aminoácidos.
El chocolate negro favorece la emisión del neurotransmisor serotonina encargado de controlar la euforia y la excitación. Otros, por el contrario, inducen a la liberación de hormonas. Es el caso de ciertas verduras, como el apio y las espinacas, aumentan la atracción sexual y aportan energía, además de mejorar el esperma, según algunos estudios.
Uno de los mayores propulsores de una correcta circulación del torrente sanguíneo es el picante dado que reduce la inflamación de las arterias. Además, los alimentos picantes tienen vitaminas A y C que refuerzan las paredes de los vasos sanguíneos. Además, el ajo y el tomate participan en la limpieza del torrente sanguíneo y evitan la formación de coágulos.
La calidad de la proteína del huevo, de alto valor biológico, propicia un mayor rendimiento físico y cerebral. Junto con el huevo, las frutas y los pescados son esenciales para potenciar la energía. El consumo de piezas de fruta como el plátano, rico en potasio, activa los músculos y regula el sistema nervioso.