Comer hielo es una cosa que se hace o no se hace. Es un 'todo o nada', como la manía de comerse o no las uñas. Hay muchas más personas de las que crees a las que les gusta masticar cubitos. En general, se debe simplemente a un vicio o hábito, pero también hay una teoría que lo relaciona con un problema de salud.
Falta de hierro
Según algunas investigaciones, la tendencia de comer hielo, machacándolo en la boca como si de una picadora se tratase, puede deberse a un déficit de hierro. Ocurre sobre todo en las mujeres, que son las que suelen presentar en el organismo menos cantidad de la recomendada de este mineral, sobre todo en el caso de las mujeres embarazadas. El 50% en concreto tiene déficit de hierro, pero es que también lo sufren el 20% de las que no lo están. En cambio, solo el 3% de los hombres padece una carencia de hierro.
Es muy posible que una anemia por deficiencia de hierro se traduzca en un deseo de hielo. Una visita al médico y una simple prueba pueden verificar o refutar esto.
Pagofagia, ¿qué es?
Resulta que el deseo de masticar y comer hielo tiene un nombre clínico, pagofagia. Esto ocurre cuando el deseo de consumir hielo o bebidas heladas es compulsivo. En este caso, es una enfermedad que puede deberse a diversas causas, entre ellas, alteraciones neurológicas por deficiencias mentales, o por problemas emocionales. Hacerlo por puro placer sería otra de las causas de esta conducta, aunque, como decíamos anteriormente, la anemia de hierro también es otra de ellas.
Según algunas voces autorizadas, la necesidad de masticar hielo podría ser un síntoma de dicha anemia, y en cuanto se corrige el problema, el deseo de picar hielo en la boca desaparece o por lo menos se ve mitigado de forma notable.
Ten en cuenta que masticar hielo no tiene aporte nutricional alguno. No es beneficioso para el organismo en ningún sentido. En todo caso, podría considerarse como una manera de hidratar al cuerpo, pero para eso ya está el agua, la forma líquida del hielo, mucho más fácil de tomar. Masticar hielo tampoco es recomendable por otro motivo: si lo haces corres el riesgo de dañarte los dientes de forma severa, porque la persona que come hielo rara vez se limita a chuparlo hasta que se derrite. El hielo, si se come, se muerde y se mastica, y ahí comienza el riesgo para la salud bucodental, ya que es muy habitual que provoque la formación de grietas en los dientes. Esto puede ser un problema grave para tus dientes y, en consecuencia, para tu bolsillo, ya que después necesitarás tratamientos dentales que, por lo general, no son nada baratos.
En definitiva, ya sea por deficiencia al hierro, por un cuadro de estrés emocional, o por simple “vicio”, lo mejor es dejar de comer hielo por mucho placer que te produzca. Al menos desde un punto de vista clínico, ya que su aportación nutricional es nula y, en cambio, puede generar un problema serio en los dientes.