Bacon: por qué debes tener ojo con este alimento
Vale que el bacon crujiente es irresistible pero ¿sabes por qué el consumo de este alimento debe ser sumamente moderado? Te contamos qué características nutricionales presenta este alimento.
Ay, ay, el bacon… Ese ingrediente que suele añadirse como extra a hamburguesas, picado en la pasta, para preparar unas buenas bacon cheese fries… Bien tostado y con ese toque salado tan característico, puede convertirse en un elemento que dé un toque especial a cualquier plato. Pero… ¿sabes exactamente de dónde sale el bacon y por qué debes tener tanto ojo con su consumo?
Vamos con un poco de ‘anatomía gastronómica’. El bacon es un tipo de carne curada que normalmente procede de la parte posterior del vientre o los lados del cerdo. Como podrás adivinar por su aspecto, por lo general contiene poca carne y mucha más grasa, derivada de la porción subcutánea de la piel de este animal. También puedes encontrar otras variantes como el bacon de pavo, pero tradicionalmente procede del cerdo. Suele pasar por un proceso de curación, en el que la carne se remoja en una solución de sal, nitratos y a veces incluso azúcar. En algunos casos, el bacon se ahuma después.
Tanto la curación como el ahumado son procesos que permiten la conservación de la carne, y gracias a ellos esta carne adquiere (en parte) ese sabor característico del bacon y además ayudan a preservar su típico color rojizo. Para evitar el crecimiento de bacterias se añaden sal y nitratos, que además favorece su correcta conservación. Por eso, y probablemente te hayas percatado de ello, el bacon es un producto cárnico con una vida útil mucho más largo que otros. Todo esto la convierte en una carne procesada. Y como ocurre con la mayoría de utraprocesados… Ojo.
Características nutricionales

bacon con huevos y pan en plato
La presencia de grasa es la característica clave del bacon, cuyo porcentaje varía de un fabricante a otro pero siempre se mantiene elevado. Por cada 100 gramos, nos encontramos 39,27 gramos de grasa, 12,53 gramos de proteína, 0,8 gramos de carbohidratos. Respecto a la fibra, no está presente.
Aproximadamente el 50% de estas grasas son monoinsaturadas. De este porcentaje, el 40% son grasas saturadas, acompañadas de una cantidad decente de colesterol. Y el 10% restante son grasas poliinsaturadas.
Adentrándonos en el territorio de las calorías, 100 gramos de bacon contienen unas 407, un 20% del total diario que necesita una persona estándar en un día. Respecto a los minerales y en pequeñas proporciones hallamos potasio (506 mg), sodio (470 mg) y fósforo (180 mg). Su contenido vitáminico es de 0,5 mg de vitamina B-12 y 0,43 mg de vitamina E.
Otro aspecto a resaltar es el alto contenido en sal del bacon (se aprecia a la perfección en su sabor) derivado del proceso de curación al que se somete. Por ese motivo, debes ser comedida a la hora de consumir alimentos con mucha sal, ya que puede favorecer la aparición de problemas de salud tales como la hipertensión arterial o la retención de líquidos. No obstante y si eres fan acérrima de este alimento, puedes prepararlo al microondas si quieres que tenga menos grasa y para evitar que la vitrocerámica no se llene de aceite.